lunes, 20 de septiembre de 2010

No sé.

No sé ni por qué me tomo la molestia de escribirte...

sábado, 18 de septiembre de 2010

Piso Ascensor

(Relativo a Este Texto)
Deseaba subir al piso 16. Habían 4 ascensores en aquel "lobby". Llegaron todos los ascensores al mismo tiempo. Subí al que me quedaba más cerca y me dí cuenta que no tenía botón para el piso 16, así que asumí que no llegaba. Cambié y se cerraron las puertas. Decidí esperar tranquilamente pero, sin previo aviso, todo este "lobby" comenzó a moverse. Efectivamente. Ese cuarto con cuatro ascensores a sus lados (dos y dos) era un ascensor. No recuerdo si subí o bajé, recuerdo tu mirada suave con una invitación a entrar a una de las puertas que se abrieron de par en par. Eras tu, mujer colorida, con el pelo liso y de un solo color. Te veías tan sexy con esa mirada de invitación, tus labios perfectamente pintados y tus dedos apuntándome a medida que se curvaban hacia ti. Yo, sin bacilar, caminé hacia ti, no hacia el ascensor. Creo que tenía el 16 como opción pero, ¿A quien le importa? Me paré tímidamente frente a ti, pero sin dejar de mirarte y, a medida que se cerraban las puertas del ascensor, salté sobre ti, con una mano al lado de cada una de tus orejas y mi boca a 5 centímetros de la tuya. No respiraste por un instante. Y en cuanto inició su movimiento el ascensor, nos sumimos en el placer de besarnos. No sé cuanto tiempo estuvimos abrazados besándonos, pero fue perfecto. Como si estuviera cometiendo un crimen, como si hubiera podido robar tu corazón por un instante, sabiendo que debía devolverlo en cuanto se volvieran a abrir las puertas. No me importaba, estaba dispuesto a pagar cualquier precio por sentir esa emoción de hacer un ilícito, tan simple y descabellado a la vez. Debo recalcar (Como cota fuera del sueño, que me quedó aparte del recuerdo), que el sabor de los labios era lo que le dio el real toque de placer al sueño, que es el que mejor recuerdo.
Bajé del ascensor, me pasé la mano por la boca, como secándome la baba, y seguí mi camino en el piso 16.

Dos.

Somos dos almas errantes.
Tu y yo caminamos paralelamente. No sé por qué nunca caminamos juntos ni por qué cuando nos acercamos no hacemos nada. Sé que me quieres tanto o menos de lo que yo te quiero a ti, de la forma que quiero que me quieras. Pero no me basta con señales difusas... Una frase te pido, una invitación, un mensaje en el celular... Algo con claridad. Sabes que de ti estoy hablando y esta es mi manera de hacerte saber que estoy interesado. Lamentablemente soy tímido, por así decirlo. Hay una pequeña falta de desconfianza en mi que me impide caminar seguro por la vida. Esa pequeña traba que no me deja decirte "Oye, me gustas ¿Vamos a tomarnos un café?" Algo que no me deja avanzar... Por suerte no me echa para atrás.
Somos dos almas errantes, caminamos hacia un lugar hermoso. Caminamos sólo porque estamos convencidos que, eventualmente y con fecha desconocida, encontraremos personas que nos harán felices. Encontraremos amigos que nos harán crecer, amores que nos harán creer y aquí estoy yo. Ofreciéndote una oportunidad que realmente es una oportunidad que me ofrezco a mi mismo esperando que leas esto y sepas que de ti hablo. No. No voy a escribir tu nombre. Quiero saber si realmente entiendes que te quiero como te quiero y que cuando te digo que te quiero es porque te quiero como te quiero y no como crees que te digo que te quiero. Te quiero. Te quiero entre mis brazos. Te quiero dar un beso. Te quiero llevar a dar una vuelta tomados de la mano y no hablar. Te quiero simplemente y no sé por qué. No me cuestiones y déjate llevar.
Somos dos almas errantes. A veces creemos que nuestras vidas no llevan buen rumbo. Creemos que estamos condenados a sufrir y nos preguntamos por qué. Yo te digo que la vida no es así. La vida es hermosa, sólo hay que ir aprendiendo de los errores, hay que tener una actitud positiva y mente abierta. He tocado fondo un par de veces antes de darme cuenta de eso. Cuesta, pero se puede. Sé fuerte.
Somos dos almas errantes y lo peor es que no sé si tu sientes como yo.
Quizás nunca pensaste en mi así. Quizás tu alma en este momento está más iluminada que nunca y tienes un norte que seguir, un amor que conquistar, amigos que te comprenden y todo lo que necesitas para salir adelante.
Soy un alma errante. ¿Me muestras el camino?

jueves, 9 de septiembre de 2010

Auto análisis.

Esta entrada del blog no dice mucho. Necesito un lugar semi-público donde entenderme, y el blog siempre se ha prestado para ello. Les cuento.
Ayer (Jueves) desperté muy temprano, correcta hora para ir a clases. No sin antes haber despertado inesperadamente a las 5:25. Desperté sobresaltado. Como si ya hubiera que despertar, pero no era así. Era una hora incorrecta, y se debió haberse debido a que soñé mucho. Soñé demasiadas cosas. Extrañamente me acuerdo de pequeños detalles, pero no recuerdo lo esencial. Detallo lo que recuerdo, prácticamente como lo escribí apenas desperté (Agregado unos detalles y un poco de orden entre los puntos. El orden no representa necesariamente el orden de soñado, ni orden de importancia):

- Niña colorida en sexy ascensor. Labios sabrosos. Piso-Ascensor.
- Una voz, una mujer y tourette.
- Mujer de verano, instructor de TaeKwonDo, sala del P y prueba.
- Pablito, un catre, una confesión, una mujer y un espejo.
- Kota, Ricalvo, discos de madera incrustados en el suelo, práctica de TKD al aire libre.
- Pía (¿Por qué creí verte en mis sueños?)
- Conducción extraña, pedales cambiados.
- Corte de luz en Cº Placeres. Mi departamento era el único con luz.
- Across the universe (8) (No sé por qué escribí esto. Sé que es una pista a lo más cuático del sueño, eso que no pueden saberlo. El problema es que ni yo me acuerdo por qué escribí eso. Pero tengo la idea en la cabeza que tiene que ver con la película)

Esos son los "tags" de mis sueños. Procederé a escribir los hechos que tengo más grabados en mi mente... A medida que vaya llegando la inspiración, crearé entradas con estos temas. Rozando la imaginación.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Oasis.

Y me veo, como alguna vez estuve, vagando por un desierto de desesperanza, viendo como la gente sufre y no se da cuenta que todo lo que necesitan está ahí. Me siento parte de este ambiente.
Pero veo un oasis en mi camino. Una mancha verde azulada. Llego a ella y me encuentro en un paraíso en el desierto... Vegetación, agua y una niña. Me pregunto que hace ella ahí... Sentada a un lado del pequeño lago que está en medio de esta belleza. Me acerco y le pregunto que hace aquí tan sola. No me habla, pero me apunta al agua, sabe que estoy sediento. No pregunto más y hago caso. Bebo un poco y me refresco, siento un alivio recorrer mi cuerpo y me dan ganas de quedarme ahí un tiempo. Acuesto mi cansado cuerpo en la hierba y, en cuanto comienzo a conciliar el sueño, se me acerca la niña y me dice: "No. No puedes dormir. Este no es tu lugar. Sigue tu camino, forastero. Camina por esta dirección y encontrarás lo que siempre has buscado. Confía en mi" y vuelve a sentarse al lado del agua. Ante sus palabras quedo atónito... No sé como reaccionar pienso unos minutos. ¿Por qué quedarme en un pequeño oasis cuando puedo llegar a una gran ciudad? Quizás esta niña tenga razón, me digo... Me pongo de pié, me cacheteo para retomar rumbo y, al volver mi vista a la niña para agradecerle, ya no está. Sólo queda una bella flor donde ella descansaba. Me sonrío, bebo un poco más de agua, y retomo mi rumbo. Es hora de partir, sé que ahora será más fácil. Ahora que tengo al menos una esperanza. Un norte al que seguir sin mirar atrás.
Gracias pequeña flor.