miércoles, 30 de marzo de 2011

Otra noche sentado en mi soledad.

Hace años te dejé ir. Eres una mujer preciosa y yo era un niño y ahora soy un viejo. Hoy visto de traje y estoy en la boda de un amigo. ¡Que bella te verías con traje de novia! Veintisiete años han pasado. Mi mente te recuerda como si llevara veintisiete segundos de que te dejé en ese paradero y tomé la micro. La vida ha cambiado, no tengo noticias de ti hace un tiempo y no respondes mis mensajes, supongo que cambiaste de teléfono pero tengo la esperanza que quien tenga tu número te haga saber de mi, los correos me han rebotado durante trece años pero aún los envío, como si nunca hubieras cerrado esa ventana de chat, te cuento mi día e imagino que respondes contándome lo que hiciste, como era costumbre, como era lo que amaba de nosotros... La simpleza. Nunca nadie supo llenar ese vacío en mi. A estas alturas creo que nunca habrá de nuevo alguien que lo haga. Te extraño. Te extraño más que la chucha. Me encantaría poder contactarte y poder llevarte a ver una película mala sólo para tener una excusa para hablar... Sólo para poder ver tu cara y decir que te quiero.
Pero ya estoy viejo. El tiempo me persigue cada día más rápido. ¡Mira! Están bailando el vals... Cierro los ojos. ¿Bailemos? Recuerdo que estuve con una que otra mujer, salíamos y yo me distraía, siempre supuse que ellas se divertían y eso era lo que buscaba, hacer a los otros felices, siempre me puse en un segundo plano y nunca cambié. Muchas veces volvía a mi soledad porque no había otra como tu. Ja... Empezó el bailoteo, como siempre dejo la juerga a esta hora. Subo al auto, prendo la radio, enciendo un cigarro y suena esa canción... Que siempre me recuerda a ti. Y que me dijo que siguiera, pretendiendo una falsa felicidad, pero que siguiera.

And I'll smile and I'll learn to pretend
And I'll never be open again
And I'll have no more dreams to defend
And I'll never be open again

Aprendí a sonreír, una risa falsa pero que agradaba. Y nunca volví a ser abierto con la gente. Nunca perseguí mis sueños porque en todos estabas tu. Nunca volví a conocer el amor. Nunca volví a ti.
Y me pregunto que estarás haciendo... Me pregunto qué habrá sido de ti.
Y ahí me detengo. No quiero dejar que tu fantasma me persiga más. Te quiero dejar atrás y empezar algo nuevo. Algo sencillo. Algo que no se parezca a lo tuyo y que tu recuerdo se pudra en el tiempo. Para siempre.
Y conduciendo camino a casa te veo pasar, por una calle cualquiera. Sola, cabizbaja y triste. Y me pregunto si alguna vez pensaste en mí. Si te arruiné la vida. Quizás llamarte a tiempo hubiera funcionado.

Lo siento. Soy un niño. Hago pendejadas y soy hipócrita. Pero si tocas mi puerta yo te daré mi corazón y tu le quitarás el polvo y el hielo que lo cubren. Aunque estemos juntos veintisiete minutos. Sólo para saber que hubiera sido, si hubiera funcionado. Sólo porque no te olvido y quizás nunca lo haré.

Y fuiste mi primer amor.

Llego a casa, arrojo las llaves, tiro mi chaqueta al sillón, prendo el computador y tengo un mensaje. Un correo de esperanza de una persona desconocida cuyo asunto dice: Hace veintisiete años que no te veía y te vi pasar en auto.
Borro el mensaje sin leerlo, termino mi café, apago el computador y me acuesto a dormir.

Una noche más acostado abrazado de mi soledad. Creo que me acostumbré a estar así y tengo miedo.