jueves, 15 de diciembre de 2011

Hay un rey en mi balcón.

Llegó ahí simplemente y no me quiere dirigir la palabra. Parece mudo e inmóvil y a la vez amenazante y con suerte. Señor rey, ¿qué hace mirándome desde su rincón? Pareciera cuestionar todos mis actos mas no me dice nada, no me critica ni me orienta, ¿cuál es vuestro propósito? Pareciera ser que sólo quiere intimidarme, sólo quiere hacerme ver lo que hago, producirme un cargo de conciencia. Señor rey, yo le digo que estoy convencido que lo que hago lo hago por mi bien y por quienes me rodean, por quienes quiero. Si he hecho ciertas cosas, si no he hecho otras, es porque creo que es lo correcto. Usualmente creo que es así pero, ¿por qué me miras con esa cara de indiferencia? ¿Qué he hecho yo para merecer el desprecio vuestro?
Dime rey, ¿qué, en tu sabiduría, hubieras hecho en mi lugar? Dime, cuéntame una historia de vuestro pasado. Hazme ver que lo que hago es erróneo o dame vuestro apoyo y bendición. No espero otra cosa sino que todo salga bien y, ¿no es eso de lo que se trata el amor? ¿Buscar la felicidad del amado? Yo quiero mucho a mis amigos para hacer algo que vaya en contra de lo que les haga ver la luz, la felicidad, la clarividencia. Pero dime rey, desde vuestra sabiduría, experiencia, historias de vuestros súbditos, ¿hasta qué punto la felicidad propia es sacrificable? Dime rey, conocedor de leyes y vivencias, ¿qué más puedo hacer sino ponerme a un lado? Y te digo ahora mismo, no es lo que yo quiero. Quiero ponerme en frente de mis amigos y decirles que creo firmemente que lo que hacen no está bien pero, ¿cómo puedo hacerlo? Tengo claro que mi verdad no es absoluta y que todas las visiones son aceptadas. ¿Basta con ver el problema desde otro punto de vista? ¿Cuántas verdades tengo que escuchar para convencerme?

Dime rey, desde tu trono, aquel rodeado por verdes árboles e interminables praderas de tréboles, desde donde has visto nacimientos, desde donde has visto derrames de sangre, desde donde el tiempo no pasa y pasa en vano, ¿qué es lo correcto? ¿Qué es lo que realmente debo hacer? Tantas preguntas moran en mi mente y tan solo quiero morir en sus brazos, dime rey, ¿qué debo hacer? No te pido una orden, quiero un consejo ya que ninguno de los que he oído me convence, siento que sus visiones están cargadas de desconocimiento y no hay quién de su lado me de una opinión, ¿es acaso que no la he buscado? Yo sé que no quiero hacerlo, sé que podría causar más problemas que soluciones. 

Tengo miedo rey. Tengo miedo. No quiero que el agua escurra entre mis dedos, no quiero dejar de apretar. Quiero una palabra de consuelo, un consejo verdadero e imparcial, un abrazo y que la tristeza se vaya de mi corazón. Quiero que mis amigos hagan lo correcto y poder aceptar que lo que hacen está bien, pero cuesta demasiado. ¿Por qué no puedo yo ser rey? Ay rey, yo sé que esa pregunta no debí haberla hecho, sé que me faltan miles de experiencias que oír y vivir antes de siquiera poder hacer esa pregunta pero, ¿por qué haces ver todo tan fácil?

Hay un rey en mi balcón. Es un rey de tréboles y no es más grande que la palma de mi mano pero me intimida. Sé que su historia es más grande que la mía porque sólo es un reflejo de lo que solía ser.


Dime rey, dime que lo que hago es lo correcto.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Dame un beso.

Dame un beso, estamos solos. No abras los ojos, no le creas a tus oídos, llena tu cabeza con una linda canción. Estamos solos, omite a toda esa multitud pasajera que nos rodea, ¿qué importa lo que piensen? ¿Qué importa?
Dame un beso, de esos que extraño, de esos ricos besos que sólo tú sabes darme. Esos que me hacen sonreír, esos que me das mientras me sonrío y no te los respondo, pero sabes que me encantan.
Dame un beso, de esos que me dan alegría. No puedo dejar de pensar en ellos y es una de las cosas que más extraño. Esa alegría que me entregas cuando nos juntamos, pequeñas caricias que me encanta darte, lo nerviosa que te pones cuando las respondes.
Dame un beso. Sólo uno, pero uno largo, uno que dure hasta la próxima vez que te vea, cuando te pueda dar otro.
Dame un beso. No, dame muchos besos, de esos pequeños y tiernos que son casi fugaces, casi intangibles, pero que se sienten en el corazón.
Dame un beso, uno en la mejilla, uno en la pera, uno en la frente, uno en el cuello. Mejor varios en el cuello. Uno que otro en la oreja.
Dame un beso lento, un beso sexy, un beso que estremece tu cuerpo y te dan ganas de acelerar pero no lo haces, disfrutas. Acelera, cómeme, siente cómo se agita tu respiración, siente mis manos en tu cintura y en tu espalda, ven, entrégate al placer de este beso, olvida todo que nada más importa en este momento. Muérdeme y dime con gestos que quieres cada vez más, guíame y no pares. No dejes de hacerlo.
Dame un beso, deja de dármelo y mírame a los ojos. No te muevas, mírame. Siente cómo mi alma te da un beso en la frente, siente cómo mis ojos me regalan la bella imagen de tu rostro, la bella imagen de la mujer que quiero. Mírame y siente por qué te quiero tanto. Mírame y no te pongas nerviosa, relájate, que te quiero.
Dame un beso, mejor di que me lo prestas, así te tengo que dar uno de vuelta.
Dame un beso y no dudes en pedirme a mi lo mismo. Que tengo muchos para darte.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Matiz.

¿Te acuerdas qué fue lo que te dije respecto al bar?
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Y es en ese momento que, sin darme cuenta, te encentras de nuevo en el bar. Te miran raro, estás solo y escribiendo. Solo y bebiendo. Solo y fumando. Sólo pasando la pena. Tercer cigarro. No, cuarto. El primero lo fumaste con ella. La música está asquerosa  y no me importa. Necesito un brazo amigo. Una palabra de consuelo. Solo. Una cerveza menos. Luna llena, dos meses.
Y nada fue en vano, crecí. Pero este no es el fin. Es como crónica de una muerte anunciada. Sabías a lo que ibas. Tú mismo lo dijiste: "Una espiral que llevaba sólo a la destrucción" Hay una lágrima en tu mejilla y no sabes si es el humo del cigarro o  es la pena. No idealizaste, viviste. Y es lo que importa.
Quinto cigarro y lo prendes con estilo, te miran. ¿Es esto evadir o desahogarte? Te miran. Eres un bicho raro y sólo quieres hablar solo, quieres que todo sea irreal. Quieres despertar. Pero sabes que no puedes.
¿Cómo pudiste olvidar que "Karma is a bictch only if you are a bitch"? La vendiste. A pesar de que creías que todo era para mejor. Ven. Abrázame. Dime que todo va a estar bien. Sexto cigarro.
Quieres romper aglo, mandar todo a la mierda.
LMFAO. Gracias, algo subes mi ánimo. Es hora de  realizarte, acuérdate. "I'm sexy and I know it"
Lo único que quiero es no olvidar, y que estés aquí conmigo. Pero es muy temprano. Suspiro, sexo, orgasmo, ira.
Y solo quieres llorar. Un brazo amigo, una palabra de consuelo.
Ay... Séptimo cigarro.
Son las 2:46 y Magnus es tu única compañía.
Un llamado de auxilio,  un mensaje de consuelo. Destination unknow: ¿Dónde vas?

¡Mozo! Otra cerveza. Un olor en tu mano, un olor a derrota. Y es tu perfume.
En el bar. Una noche más. Luna llena y corazón lleno.
Llevas días con el aliento a medias. Quieres llorar. Eres como un fantasma. Pena, soledad, inundan tu alma nuevamente. Y sabes que es el karma. Perdido. It's just a matter of time.  Focus en lo que importa. ¿Es acaso que la luna estaba celosa?

Otro cigarro y el llamado fue respondido.


Última página. Voy a salir bien de esto. Porque todavía no termina. Porque tengo toda una vida por delante.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Chances.

Tomó el catalejo y pudo ver que lo que ella decía era cierto, tierra. Allá a lo lejos se asomaba una playa de blanca arena seguida por verde, un pequeño trozo de paraíso, algo que llevaban meses buscando. Se abrazaron, se besaron y destaparon una botella de champagne para celebrar.
Cuando llegaron a la orilla estaba oscureciendo así que atracaron el barco y decidieron pasar la noche en él, pero en la cubierta. El cielo se veía espectacular esa noche, estrellas miles y las tres lunas parecían hacer un perfecto triángulo que los acompañó durante horas. No podían resistir la felicidad y una sonrisa se dibujaba en sus rostros con cada cosa que hacían, desde que sirvieron la última copa hasta que cayeron rendidos uno al lado de otro, sudados y felices. Se rindieron ante el cansancio y durmieron.

Al despertar notaron que el clima de día era más estable que en la mar y que en la costa el agua parecía acariciar todo lo que tocara. Establecieron un pequeño campamento a la entrada de lo que parecía ser un bosque. Unas horas después salieron a caminar, ella guiaba el paso alegremente y él llevaba el equipaje, debían buscar comida o signos de vida. Era un bosque tropical normal pero en exceso tranquilo. No se oía ruido alguno y luego de caminar por no más de una hora llegaron al otro lado que era una pequeña pradera que caía por un barranco de vuelta al mar, decidieron rodear ahora. Les debe haber tomado dos horas llegar de vuelta al barco. Era, sin duda, una isla virgen que reclamaron a su nombre. Al fin podían terminar de arrancar de todo eso que atrás dejaron. Al fin podían decir que habían logrado eso que tanto querían. Paz.

No fue sino hasta doscientos años después que una expedición llego al planeta. Eventualmente encontraron la isla y un mensaje en una pequeña casa que encontraron a la entrada del bosque cerca de lo que parecían los restos de un barco enterrados a medias en la arena: "Bienvenidos, probablemente no podamos recibirlos con un abrazo y lo que vayamos a pedir sea mucho pero, ¿podrían cuidar de este mundo como los nuestros no pudieron? Gracias."

Y, al parecer, era de los pocos puntos verdes que allí quedaban.

martes, 15 de noviembre de 2011

Dicotomía.

El niño y el anciano.
El adolescente y el adulto.
El hombre escondido y la máscara que muestra al mundo.
La voz y el silencio.
La ansiedad y la paciencia.
La tormenta y la calma.
La sabiduría y la inteligencia.

Paciencia joven Padawan, pero no olvides que sentarse a esperar no es la solución. Toma ese ímpetu y preséntalo al anciano, trae consigo su sabiduría y no dejes de lado tu inteligencia. Toma tu voz y conversa con el silencio, lleguen a un acuerdo y quiten la máscara del temeroso. Después de todo es sólo el quinceañero quien le causa problemas al adulto, y que no se le olvide a ninguno de los dos que la edad está en medio.

Y tranquilo que la tormenta no estará mucho tiempo más.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Pasos.

Ya van 32 días pero no puedo dejar de decirlo.
Y ahora me siento afortunado de poder decírtelo a la cara, linda mujer.
Y, sin importar lo que venga, me dejaré llevar. No puedo batallar contra lo que evidentemente va a pasar. Comenzó por un secreto y hoy por hoy se acerca a lo que será una realidad, y falta muy poco. Dos besos más y olvídate, rendido estoy.

Cambios vienen, prepárate. Y no dejes de decirme lo que sientes, desde que quieres un vaso de agua hasta que te molesta lo que estoy haciendo o me quieres pegar una cachetada (Mejor hazlo y me cuentas después)

Y, por sobre todo, confío. Confío en ti. Confío en mi.
Y si me banco lo que sea que tenga que pasar es porque te quiero y quiero estar contigo.

¿Pasos? Eso te lo cuento al oído mejor. Y sí, dame una cachetada.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Cuatro.

Con cuatro puntos se pueden hacer muchas cosas.
Si los pongo en el orden correcto en el mapa puedo mostrarte los puntos cardinales y orientar a los viajeros, cuatro puntos, dos lineas y veo la cruz del sur para navegantes, cuatro puntos para la rosa de los vientos y el trabajo en los molinos, cuatro puntos en el suelo y puedo delimitar un terreno, una propiedad, un sueño.

Cuatro dedos para acariciar y un quinto para presionar, cuatro nudillos para golpear y alejar aquello que sobra y no ha de molestar, cuatro poemas secretos, cuatro palabras dispersas y cuatro letras que llegarán con el tiempo. Cuatro puntos: Dos brazos y dos piernas, lugares que puedo recorrer con mis labios en busca de algo, olfateando el placer. Cuatro besos en el cuello y otros cuatro cerca del ombligo.

Cuatro puntos hay bajo tu ojo y ellos son mi marca para hacerme el mapa de tu cara, linda cara. Cuatro canciones: Una que nos hace sonreír, una que nos hace recordar, una que nos hace llorar y una que nos excita.

Cuatro estaciones en un año y estamos listos para partir.

jueves, 27 de octubre de 2011

Experimento 1. Loading.
Experimento 2. Loading.


Beeeep

lunes, 17 de octubre de 2011

Días eternos.

Tal y como había entrado se fue: chocando contra la puerta, y no lo hizo con un afán de divertir, lo hizo porque necesitaba despertar un poco  y lo disfrazó con su borrachera, no se sentía en condiciones para decirle al mundo lo mal que estaba y era porque el mundo no le entendería. Era una noche de sábado casi como cualquier otra pero se cumplía un mes desde aquella noticia que día a día le destruye cada pensamiento y hace que se sienta miserable. Un mes que sintió más que todo lo que había pasado del año. Un mes comparable a tener la mano sobre el sartén caliente durante un minuto.

No podía levantar la vista y no era porque el alcohol estuviera en su máximo efecto, era tan solo que no quería que la gente viera sus lágrimas correr por su cara, otra vez. Una noche más recorriendo las mismas calles que no quiere dejar pero que sabe le conviene. Es una situación de amor y odio y es en esos momentos cuando odia ser él quien lleva esto sobre los hombros. Quiere desaparecer y olvidar. Desaparecer y ser olvidado.

Llega, tira las llaves, tira la ropa y duerme.

Despierta a eso de las 4 de la tarde y recibe una llamada. Ducha, come y sale. Un abrazo, una sonrisa y es en esos momentos cuando ama ser quien es. Quiere quedarse y olvidar. Quedarse y que lo quieran.

Es una situación confusa pero sabe bien lo que tiene que hacer y aún así no lo hace. Es tan simple como encausar todo con información clara que guíe las emociones, es tan simple como dejarse llevar y no pensar, es tan simple que es muy complicado. Tan solo hay que relajarse.

Once de la noche y nuevamente está en el bar y se repite la historia ya que no hay nada mejor que hacer, Ross está como encerrado en una jaula con la puerta abierta. Con las alas cortadas para crear cualquier plan a mediano plazo se ve forzado a hacer todo de improvisto, sin información para programarse y, también, sin poder hacer cosas que tanto quiere. Y para poder llevarlo lo toma como aprendizaje.
Es una situación compleja.

- Lo mismo de ayer, en el mismo orden - Lo único que debe decir en toda la noche.

Y otro día pasa y sigue hundiéndose.

sábado, 15 de octubre de 2011

Uno dos, floto y llego a la séptima nube.
Tres cuatro, sorpresas, convicciones, esquemas, intentos, experimentar, buscar. Ensayo y error.

¿Cinco seis? Hay que esperar.

Paciencia, estrategia y confianza. Tranquila.

martes, 11 de octubre de 2011

Paz.



Este hermoso tema dice así:

Um dia encontro a minha paz
Na praia ou na cachoeira
Agora eu tenho que plantar
Na roça pra vender na feira ♪♫

Vengo una semana escuchándolo, me ha hecho muy bien y ahora lo estoy "digiriendo".

La paz es un concepto un tanto amplio, es algo que queremos lograr, siempre. A veces tenemos que pasar por un periodo de guerra para alcanzarlo. Yo estuve quizás cuánto tiempo en guerra conmigo mismo, ahora estoy dando una pelea más y me quedan muchas más por combatir pero esta pelea tiene un aire de paz tan grande que tengo que cuidarme. Cuidarte.

Un día encontré la paz
en la playa o una cascada

Claramente en la playa, fue un momento hermoso, me quedo con muchas imágenes bellas, muchas sensaciones bellas. Quizás algún día encontraré la paz en una cascada, me queda tanto por vivir.

Ahora tengo que plantar
en la granja para vender en la feria.

Plantaré, tenlo por seguro. Pero no lo venderé a nadie, todo lo que cultive(mos) será tan solo para ti y para mi. Si podemos irradiar para el resto, bien por ellos. Pero ahora sólo me importa lo que tu y yo vivamos.

Si algún día logro la paz quizás no logre la felicidad, pero esa tranquilidad de que no me importa nada más me dará ese efecto de felicidad enorme. Fue un momento de paz bello seguido por una batalla intensa y luego un frío que no había sentido hasta que dejé de sentir tu calor. Quizás esa es la manifestación de paz, cuando tu presencia borra todo lo demás que pasa y tan solo estamos tu y yo. Quizás seamos capaces de construir muchos momentos más de paz. Quizás la felicidad se encuentra en esos pequeños momentos, quizás no tenga que medirla en horas. Doy por seguro que fue paz, mi mente da por seguro que fue felicidad.

Y después le pedí un deseo a una estrella fugaz que pasó luego que te fuiste.
Y tranquilidad era ese deseo.

Momentos vendrán. Recuerdos quedarán. Quiero que estemos tranquilos.


Y quiero sentarme frente a una cascada.

lunes, 10 de octubre de 2011

Sufriendo con una sonrisa.

En ese momento sufrí mucho, tuve ganas de llorar.
Y lo único que pude hacer fue comerte a besos.

viernes, 30 de septiembre de 2011

Recuperando tiempo. Un día ideal. Un día contigo. El mejor tiempo.

- ¿Qué hora es?
- Las diez de la mañana en punto.
- ¿Qué haces despierto a esta hora? - Se frota los ojos, se endereza y extiende la mano para tomar el cepillo de pelo del velador. No está. Siente manos en su espalda - ¿Qué haces?
- Hoy es tu día - Le habla mientras le da un masaje en la espalda y hombros - Relájate y déjate llevar. El desayuno está listo, tan solo falta servir el café pero el agua está hervida.
Pola se gira súbitamente, sonríe y lo besa.
A las 10:30 Strange la peina mientras ella cuenta qué soñó. Siempre le agradó escucharla, siempre evitó interrumpirla.
Durante el desayuno él le explica la dinámica del día:
- Nuestros relojes están sincronizados. Mi celular estará apagado y te espero a la hora y en el lugar indicados para almorzar.
- ¿De qué hablas?
- Toma. En este sobre está la primera pista, si las sigues me encontrarás. Mi celular estará prendido 10 minutos antes de la hora y yo no estaré ahí hasta la hora exacta.
- ¡¿Qué?! - Su cara de perturbación y enojo es tan tierna que él no se resiste a besarla.
- Bonita - Sonríen - Tranquila, si no hay puzle difícil, son cosas para mantenerte ocupada mientras preparo todo. A las 11:30 salían juntos y tomaron la micro. El sólo la abrazaba para sentir su aroma y acariciarla. Ella pensaba en la primera pista y no sabía que era la más difícil.
 Strange bajará primero; un beso en la frente - Hasta un rato más mademoiselle. Y no se estrese ni se ponga roja - Le guiña un ojo y se baja.
 Él va a su lugar de residencia y comienza a cocinar. Algo simple que se puede comer en frío. Arregla el mundo en internet, redes sociales y correos. Sale con las cosas listas, toma micro, pasa a comprar dos rosas, una blanca y una roja, un vino, dos velas y una copa de plástico.

A las 14:35 prende su celular, le llegan 2 mensajes: "Cabro chico" y "No haré eso". Strange ríe. Textea de vuelta: "Si no usas la señal no hay comida. Besos"
 Llega al lugar antes y se esconde. Su risa lo delata cuando ella se acerca.
- ¿Cómo se te ocurre hacerme esto?
- Eres más linda - La abraza - Ya no necesitarás esta cola-globo - Ríe.
 Pola había caminado 10 minutos con un globo multicolor con helio amarrado a su cinturón por atrás. Pero en el camino a Torpederas casi no andaba gente, a pesar de ser sábado. Strange amarró el globo a su brazo, fue a conversar con un locatario y éste le entregó dos sillas y una mesa plegables. Se sentaron en la playa y prácticamente no corría viento.
- Siéntate y mira el mar. Escúchalo y dime qué te cuenta mientras yo sirvo.
Un mantel blanco, una copa servida, dos porciones servidas en platos desechables, dos velas prendidas y una rosa al lado de cada vela. Comieron tranquilos y poco dijeron, era más el coqueteo de miradas mientras  comían. Era un momento de relajación bello. Hasta que Strange dijo:
- Pola, dime. ¿Qué rosa es tuya?
- La roja - La toma.
- ¿Por qué? - Toma la blanca.
- Porque me gusta - Ríe.
- Pues te la regalo, yo me quedo con la blanca por ahora porque te advierto que también es tuya.
Pola pone cara de duda pero no dijeron nada. Comieron, fueron a dejar mesa y sillas, extendieron un chal sobre la arena y se relajaron. Ella se quedó dormida con la cabeza sobre su pecho. Strange sonrió y, como no quería dormir, puso su mano en la espalda de Pola y cantó en voz baja y un poco más lento "By the way" de RHCP - "By the way I tried to say i'd be there, waiting for..." -mientras recorría, con los dedos, lenta y pausadamente  esa bella espalda, un placer superior y casi indescriptible. Una media hora después, ella despertó y se percató que él no dormía. Sonrió y le abrazó con fuerza. Era un día hermoso de temperatura agradable.

A eso de las 17:00 partieron de vuelta al plan. Conversaron banalidades, de esas que causan gracia, tararearon canciones, iban de la mano. Tomaron un desvío, una micro,  caminaron y llegaron a Paseo 21 de Mayo, ese lugar de antes. Vieron el sol esconderse en el horizonte, Strange susurraba cosas que nunca había escrito y Pola sabía que eran sólo para ella. Eran las 18:30 el momento perfecto del día.
Sacó la copa, sirvió vino y brindó:
- Porque un día bien aprovechado vale más que cien días desperdiciados. Te quiero mucho Pola.
Besos, abrazos y más besos. Estaban solos, o quizás no, pero el momento era tan mágico que daba igual. Ella se sentó y el se acostó con la cabeza en su falda.
- Cuéntame un cuento y ráscame la cabecita - Strange puso cara de perrito faldero.
Pola sólo rió y accedió.
Así dieron las 20:30. Volvieron al plan, pasaron a un supermercado y compraron cosas para cocinar, un ron  y bebida. Se veían tan lindos, como recuperando el tiempo perdido, despreocupados, desinhibidos y felices.
Con las cosas volvieron donde vivía Strange, ella usó el computador mientras el cocinaba: Tallarines con salsa Alfredo era el menú para la noche, la noche de películas. Comieron mientras veían una, a la mitad de ésta abrieron el ron. La segunda película era una excusa.

Despertó Pola. Lo besó - Lindo, son las ocho, ¿qué haremos hoy?
- Nada, descansar, dormir. Caminar quizás.
Pola sacó de su mochila un regalo, se lo dio. Sonrieron, abrió el regalo. La besó y se quedaron acostados mirando el techo y escuchando música toda la mañana. Abrazados. Felices.

jueves, 29 de septiembre de 2011

Quiero

Primero que todo quiero darte un abrazo. Uno como nunca he dado y quedarme ahí un rato, un buen rato. Quiero acostarme a tu lado y quedarme dormido mientras trabajas. Quiero darte un beso, dos, tres, muchos. Quiero susurrar palabras sexonas en tu oreja y después comérmela. Quiero poder detener el tiempo, sentarme frente a ti y admirarte por un largo tiempo, dormir y luego llevarte al tiempo detenido y  estar tranquilo. Regalonear, besarnos, caminar, hacer el amor, conversar, pelear, decir cosas sin sentido, decir cosas con mucho sentido, planificar un futuro incierto. Quiero que uno por uno me expliques todas esas cosas que escribes. Quiero conocer tus secretos más oscuros, tus miedos, tus fortalezas, la mujer tras la máscara que muestra al mundo. Quiero abrazarte por atrás y ver una puesta de sol. Quiero besarte a la luz de la luna. Quiero acompañarte en tus felicidades y ser el primero en acudir cuando tengas una pena. Quiero que seas mi fuente de inspiración eterna.

Quiero olvidarte a ti y todo lo que podría hacerme recordarte. Sí, como en esa película. Y que tú también me olvides. Y si llego a volver que volvamos a vivir lo mismo, aunque sean otros lindos 5 meses.

Quiero irme. Quiero quedarme.
Te quiero aquí. Te quiero conmigo.
Y, por sobre todo, quiero que estés feliz y tranquila.
Lo mereces,  y mucho.

Creo que te quiero.
Quiero que te sacudas el miedo.

Ven, ven. Vamos a caminar. Vamos a la mar.
Juguemos como niños. Juguemos como adultos.

Quiero que no leas esto. Quiero...
Quiero ser fuerte. Quiero que me esperes y quiero que te niegues. Quiero... Con un beso me basta.
Ah, y que no se me olvide darte las gracias.

¿Qué quieres tú?

sábado, 24 de septiembre de 2011

Mira. Te lo digo aquí. Me gustas, me la quiero jugar. Pero, ¿qué hago cuando me ponen una oportunidad así? Mi cerebro y mi corazón se van pa'lados distintos. Y quiero que gane el cerebro por visión a futuro.

¿Por qué chucha me demoro tanto wn?

Trágame tierra.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Camino.

Un trozo de papel, una taza de café, un pelo de tu cabeza y tu mano en mi espalda.
Varias palabras en la mente, una suerte de coqueteo en el aire, dos flores en el jardín y tres vasos en el lavaplatos.
De la misma forma que el aire se filtra en mis pulmones la primavera nos intimida.
Así como las plantas florecen los sentimientos afloran, ¿puedes sentir su aroma?
La magia está tanto en la punta de mi lapiz como en la punta de tus dedos y en el beso con el que me depertaste.
Qué felicidad que seas tu lo primero que veo en la mañana.
Muchas gracias por todo lo que aún no ocurre. Aún más gracias por lo que ha pasado.
Dejemonos llevar. Vamos donde las miradas extrañas no nos puedan seguir, vamos donde las voces profanas no contaminen nuestras ideas, llévame al lugar perfecto.
Sí, vamos.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Recibí muchas indirectas, recibí muchas semi-directas.
Quiero una confesión o una propuesta.
Quiero un abrazo y un beso.
Ofrezco mi disposición y mi tiempo.

Si te robo un beso, ¿qué me darás?
Ven, acércate y cuéntame.
Espero no te arrepientas,
haré todo lo posible para que así sea.

Ay mujer, ¿cómo desperdiciamos tanto tiempo?

martes, 13 de septiembre de 2011

Ansias.

Mira, la respuesta es sí.
Pero si le agregamos todo, la respuesta entonces será sí.

Tengo unas ansias locas, tengo ganas de saberlo todo, estoy tratando de buscar la combinación perfecta para hacerte entender las cosas y que me esperes lo que haya que esperar. No es mucho, pero necesito un pequeño tiempo que ni siquiera yo quiero tener. ¡Y si hay que apurar las cosas bienvenido sea!
Ay mujer... Estoy pensando, pero me quedo en blanco, siento a ratos que te quiero gritar las cosas por la ventana y que el viento guíe mi voz hasta tus oídos. Quiero escribir una carta y arrojarla por debajo de tu puerta. Quiero arrojarte un beso con la mano y que entibie tu mejilla. Quiero todo porque estoy ansioso. Quiero saber de ti, quiero saber qué es eso, no quiero saber el por qué. Tengo miedo de escribir de ansias.

No comas ansias dice mi mente.

Yo le digo que mi paciencia a mi mismo se agota.

Y me responde con una canción de cuna.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Introspección.

¿Qué? ¿En serio? No me di cuenta.
¿Qué? ¿Por qué? Gah...
¿Qué? ¿Cómo? No, no me dio.
¿Qué? ¿Tu crees? Yo creo lo mismo.

martes, 30 de agosto de 2011

Errores.

Revisé muchos de mis errores de mi vida acerca de un tema específico. Por lo menos los temas que me duelen en el alma y, con esto, no me refiero a los que más me duelen (Específicamente) sino a los que más me marcaron o me dejaron algo. Veamos si puedo mostrarlos y esconderlos.
  • La que callé
  • La que pasé por alto, por la siguiente
  • La del gran error inmaduro
  • La amiga
  • La del otro error inmaduro
  • La coincidentemente diferente
Y quiero dejar en claro que por errores no me refiero a que son errores, me refiero a que las decisiones que yo tomé respecto a ellas fueron errores, quizás grandes errores. Para hacerla corta, porque es más tarde que la chucha, seguiré detallando poco, pero en orden:
  • No le dije y dejé mi camino libre al amigo. No debí haberlo hecho porque llegó el "enemigo" y hoy por hoy creo que tenía mi oportunidad.
  • Venta. Venta total. Ella me quería y yo la vi como una oportunidad pero todavía no me bajaban las pelotas para decirle algo concreto y no alcancé a quererla como ella me quiso.
  •  Gran error. La mayor venta hasta ahora, la que no debí haber dejado ir jamás, la que me quería como yo la quería a ella y se me fue  porque mi mente era de 12.
  • Un acierto. Yo no podía darle lo que ella necesitaba y encontró más de lo que necesitaba y no en mi. Un acierto de 6 no es malo. Un abrazo para ti, yo sé que lees de vez en cuando.
  • No fue amoroso pero mi mente lo hace ver así. Una malísima decisión "en caliente" una noche de mal asqueroso sueño sumado a escuchar y no poder moverte sumado a... Ya. Venta.
  • No es un error, es un caso especial. Aún no sé qué me atrajo tanto de ella y aún me lo pregunto porque, aunque no es tan fuerte como hace un poco tiempo, algo me queda aquí en mi mente y le doy vueltas y le doy vueltas. Ella es coincidentemente distinta. Y debo decir que aún me gusta tantito. Es todo muy raro ahí, no sé.
Pero, como sea que salga todo esto mi mundo se expandió. MUCHO. De ahora en adelante todo será loco, como una montaña rusa (Sí, ya sé que es un ejemplo súper trillado y repetido y más viejo que la cresta, pero necesario) tendrá su expectativa, su emoción, su parte plana. Diversión emoción y fin. Ciclos. Tendré que armarme de paciencia para alargar el recorrido a toda costa si me gusta la cosa y de poder apretar el botón de pánico en caso de. Pero bueno. Cada cosa a su tiempo.

Ah, y si lees esto mujer coincidente y distinta. Ya hablaré contigo. A su debido tiempo. Onda en un par de días. Y sí, eres tu y lo sabes y si no lo sabes, pregunta. Pero lo sabes.

martes, 23 de agosto de 2011

Tu sombra.

Paseando por los campos elíseos me encuentro con tu sombra. Está triste, llora desconsoladamente y no quiere dirigirme la mirada. Me siento junto a ella y le sobo la espalda por un buen rato, luego la abrazo. Pareciera no tener consuelo alguno. Le pregunto qué le pasa, me mira y sin parar de llorar balbucea algunas cosas, yo tan solo asiento con la cabeza, beso su pelo y continúo con el abrazo. ¿Qué te has hecho mujer? Pobre de tu sombra que llora lo que tu no muestras. Pobre de tu sombra que tiene que aliviar la presión en tu corazón. Llorar entre sombras no está bien, puedes relajar tu mente un poco pero no estás enfrentando el problema. Tratar los síntomas no te cura la enfermedad.

Abraza tu pasado y cuéntale tu historia al presente, déjate llevar por un mejor futuro. No hay como dejar de cargar las piedras que no solo te pesan y te hacen más lenta, sino también las mismas piedras que rasguñan tu espalda y se burlan de ti. Déjate llevar. Libérate de ti misma, libérate de eso, libera al pasado pero quédate con su conocimiento, nunca dejes de aprender de lo que vives. Nunca dejes de vivir. Y no te desvivas por lo que te duele.

Sentado con tu sombra en los campos elíseos decidí hacerle compañía. No puedo quedarme tranquilo sabiendo que estás así.

viernes, 19 de agosto de 2011

Vacío.

Cada vez que veo dentro de tus ojos me siento vacío. Siento como que me quitas fuerzas y que nunca te irás. Siento tu indiferencia y me inquieto. Cada vez que me voy algo haces para esfumarlo todo y me obligas a sentarme aquí, frente a ti. Eres celosa y no soy el único que tienes atrapado en tus redes. Tus acciones son imperceptibles y tus palabras fuertes y silenciosas, dentro de las cabezas de los hombres y mujeres resuenan y los haces sufrir.

Afortunados aquellos que lograron ver más allá de ti a esa otra persona que de tu presencia estaba aburrido y decidieron ver dentro de ojos más hermosos y expresivos, el amor, una fortuna indescriptible, una felicidad inmensa.

Sentado aquí frente a ti tengo frío. No eres, para mi, sino un error, un mal giro en la ruta, una mala decisión. Decidí algo y aquí estoy, triste.

Es complicado ese tema de darte una cachetada en la cara, pararse y buscar. Tanta ilusión anda caminando por las calles, te cierran un ojo y tu les sigues la corriente, bailan bajo un farol y en cuanto crees puedes darles un beso se esfuman y sientes un golpe en la boca del estómago que te derriba y cierras los ojos. En cuanto los abres y te incorporas estás tu, con una sonrisa sarcástica. Y me veo obligado a sentarme nuevamente, cruzar los brazos y esperar a recuperarme.

Después de un tiempo hasta llego a acostumbrarme a ti y si me preguntan digo que estoy bien contigo, y hay muchos que lo hacen pero son demasiado pocos los que realmente pueden abrazarte y sentirse cómodos.

Maldita soledad.

domingo, 7 de agosto de 2011

viernes, 29 de julio de 2011

Extraño extrañar.

Es extraño. Te extraño. Extraño el calor de tu piel, extraño el olor de tu pelo, extraño esos lunares escondidos, extraño tus palabras suaves, te extraño. Extraño despertar con el olor del café, levantar la vista y verte allí sentada, mirándome, sonriéndote. Extraño quedarme dormido abrazado a tu cintura, tu mano con mi mano y tu respiración calmada de buenas noches. Extraño irme a dormir solo sabiendo que por la mañana despertaré con una llamada tuya. Extraño acariciar tu brazo mientras estudias. Extraño tus besos. Extraño tu mirada cansada y feliz de un viernes por la tarde. Extraño verte cada día y ser cada día más feliz. Te extraño. Extraño revisar mi correo y encontrar noticias tuyas. Extraño contestar el celular y escuchar tu dulce voz. Extraño jugar un rato contigo y luego ir a comer algo. Extraño hacerte cosquillas sólo para ver tu hermosa sonrisa. Extraño encontrarte de sorpresa cuando no lo teníamos planeado y que saltaras para abrazarme. Extraño pasar tardes lluviosas metido contigo en la cama mirando la lluvia en la ventana y el vapor del café que se enfría. Extraño nuestras salidas por ahí, patética excusa para mostrarle al mundo nuestro amor. Extraño el nosotros.

Extraño esa quimera de ti. Te extraño. Y no sé por qué.

Pero me extraña extrañarte. Es raro, ¿no lo crees?

martes, 19 de julio de 2011

Un pedacito de tu memoria.

Caminando por ahí encuentro pedacitos de tu recuerdo. Hay de todo. Es como encontrar un billete y al paso siguiente pisar vidrio. Altos y bajos, dulces y amargos. Pero si aunamos todo, sale un lindo recuerdo. Da lo mismo el cómo y el porqué, a esta altura no queda más que...

Pero podemos seguir adelante, de otra forma. Tan solo hay que dejar que las cosas decanten para ver con claridad. Escuchar música relajada y dejarse llevar.

Voy a salir y si me encuentro con otro trocito de ti lo guardaré en mi bolsillo. Y te llevaré conmigo para todos lados. Y cuando me pregunte dónde estás, tan solo tocaré mi bolsillo y sonreiré. Y si quieres venir conmigo mejor.

Y si quieres un trocito de mi tan solo debes pedirlo. ¡Gracias!

domingo, 17 de julio de 2011

Junglas.

No sabía cuándo podría volver. No sabía si quería volver pero sabía que quería estar con ella. Ella no sabía cuándo podría partir. No sabía si quería partir pero sabía que quería estar con él. Estaban en un lugar como ningún otro. El se veía rodeado de verde: altos árboles, vegetación por montones, un manantial de agua fresca y el sonido de una cascada no muy lejos. Tanto que hizo su hogar sobre un árbol. Ella estaba en otro tipo de jungla, de esas de concreto. Un lugar ajetreado, acelerado, impaciente y un tanto impasible. Pero ella lo amaba, basta con decir que vivía en un piso 16 con vista a una plaza de rosas, vivía cerca de donde trabajaba en un piso 42. Pero la mente de él estaba en ella y la mente de ella decía verde. Pero no quisieron dejar lo que tenían, su seguridad, su calma, su rutina amada. Decidieron nunca dejar de escribirse. Él caminaba un par de horas para enviarle una pequeña caja por correo aéreo que tardaba una semana. Cada semana ella pasaba por correos unos minutos antes que abrieran y su amigo le recibía un pequeño paquete y recibía la tan anhelada encomienda: una carta de cómo se encontraba, de lo mucho que quería estar con ella allí y de cuánto la amaba a pesar de que no pudieran coincidir en lugar físico y, junto a este papel esperanzador, una pequeña artesanía que hacía el para ella. El seguía prácticamente la misma rutina, ella decía que debía esperar a que ella lograra su objetivo de subir unos pisos en el trabajo para poder optar a mejor sueldo y vacaciones y por fin estar con él, ella lo amaba y se lo explicitaba en su carta. La cara de él resplandecía al leer ésto y luego se maravillaba con lo que ella enviaba: Un juego de ingenio que compraba en una feria cerca de su casa, cada semana el desafío era mayor. El juego de ingenio se hacía más difícil, la artesanía debía ser diferente y el no podía quedar sin diseños en mente, las palabras se agotaban y éstas no pueden llenar el corazón por siempre. Pero eran felices a pesar de la dificultad.

Un día él apareció en el piso 42 con tres rosas rojas y su mejor traje, una gran sonrisa en el rostro y un peinado que no se hacía hace años, preguntó por ella y le dijeron que preguntara en el 46 que ella ya no trabajaba ahí. Se alegró, pensó que ella ya había logrado lo que le faltaba para poder ser acompañado de vuelta. Preguntó unos pisos más arriba y en doce segundos su cara se puso pálida y dejo caer las rosas. En el preciso instante que la primera perdió un pétalo por el golpe ella se recostaba en la hamaca que él había hecho entre el árbol y el pórtico de su casa, lloraba y su llanto se escondía con el sonido de la cascada. Tanto amor se tenían, tantas ganas de verse se tenían, tanto conversaban que se habían coordinado para viajar al mismo tiempo para dar la misma sorpresa a la misma hora. Fallaron en la comunicación, fallaron en la coordinación pero, ¿fallaron en el amor? Al volver ella encontró dos rosas y una carta en su escritorio y él una radio a pilas y una carta en su cama. Él prometió conservar la tercera rosa hasta que volvieran a encontrarse, ella grabó su voz en un canto en una cinta y su carta prometía cantarle aquella canción para cobijarlo en las noches antes de dormir, y ambos a su vez prometieron coordinarse para la próxima.
Y así se llevaron otro año entre carta y carta. A la carta número 58 desde aquel incidente decidieron juntarse, ella dijo que necesitaba una semana más y él debía atender unos asuntos en la jungla gris. Viajó, resolvió sus asuntos y por fin la vio pero no fue por mucho, ella estaba demasiado ocupada para darle más de dos minutos al día y él debía terminar sus trámites con celeridad para poder seguir. Volvió él un día antes que ella viajara no sin antes avisar y coordinar el principio, la primera junta en lo que sería la mejor semana de sus vidas.

Él llegó a la jungla verde como fue prometido y fue interceptado por el cartero local. Recibió un paquete más grande de lo usual, era una cinta y otra caja que decía "No me abras hasta escucharme" entendió inmediatamente mientras sonreía. Al volver a su hogar preparó té para relajarse y se sentó frente a la radio para escuchar. El estruendo de la taza rompiéndose fue inmenso, calló incluso a la cascada.

"Lo siento. No puede ser. Te amo pero esto no resultará. No veo lo que tienes más que como unas vacaciones. No puedo dejar lo que tengo por ello. Realmente lo siento. Adiós."
Al comenzar a llorar no atinó a más que abrir aquella caja. Eran las rosas que él había dejado, marchitas pero completas y una carta que, supuso, sería la última. "Realmente lo siento. Recibí una promoción inesperada, me cambiarán de ciudad y de trabajo. Realmente lo siento."

Y allí quedó él. Devorado por una jungla verde en medio de la noche. Marchito, taciturno y triste. No halló nada mejor que resolver los juegos de ingenio mientras quemaba la radio y las cintas.

sábado, 9 de julio de 2011

Do it as you feel it.

Mujer.

No hagas sino lo que quieres hacer. Si en algo tienes dudas, ve lo que sientes, guíate por ello. Si tienes dudas, pregunta, en preguntar no hay engaño dicen, es verdad. Yo estoy aquí y paciente he sido, paciente seré. Tic toc. Tranquila, no vaciles con lo que sientes, por algo está ahí. Tranquila, déjate llevar por el ritmo de tu corazón y baila al ritmo de este. Tranquila, que todo pasa por algo y el conejo no ha dejado su madriguera. Tranquila, el invierno ha llegado y no tengo ganas más de abrazarte para suplirte con mi calor.
Has lo que sientes y no te dejes llevar por los segundos pensamientos. Si, esos que te hacen dudar. Créeme que es mejor sacarte la duda que ahogarte en ella, quizás la respuesta te sea satisfactoria, y si no lo es, bienvenida a mi mundo. Yo sigo aquí, la vida no es tan mala como aquel tercer pensamiento, son tan solo fantasmas que te hacen dudar, son tan solo malas ideas que no deberías llevar a cabo. El primer pensamiento es el mejor, puro, sincero, elegante y hasta esperanzador, después de todo eso es a lo que nos aferramos.
Esperanzas.
Todo será mejor mientras lleves la verdad en frente y te decidas a contarme los cuentos que guardas en tu corazón. Palpitamos al mismo ritmo y nos aceleramos al mismo tiempo. No hay como aquel palpitar que te llena de adrenalina y no quieres otra cosa que besar los labios que anhelas. Dime.
¿Por qué no jugar por ellos? Yo sé. Sé que quieres ello. Pero mi duda es, ¿quieres aquellos que yo creo?
Sácame de la duda. Sácate la duda.
Camina un camino de seguridad, no sigas dudando aquello que tiene simple respuesta.
Niña.
Ven conmigo, tómame la mano y caminemos el sendero de la felicidad. Puede que encontremos peligros, ¿quién sabe? ¿A quién le importa? A mi. Ven aquí y dime. Que yo no soy tan burdo como parezco, llevo una máscara parecida a la tuya, no estoy ni ahí con acercarme a quien no me interesa, no estoy ni ahí con dejarme llevar a caminos erróneos.
Hay tan solo dos y yo quiero andar en el que tu andas.

martes, 5 de julio de 2011

Llévame.

Nunca fui bueno para interpretar señales. Supongo nunca lo seré. Vivo cada dos por tres en un abismo de esperanzas, me cuesta mucho salir de allí a la realidad, soñar es más fácil. Soñar es más placentero pero no más enriquecedor. Bailar entre falsas esperanzas con deseos de la realidad me tiene aquí, sin ti, entre sombras susurrando tu nombre y aferrado al mañana. Esperanzas de que todo será mejor me llevan por un camino desconocido, vendado de la verdad. Pequeñas hadas salen a mi camino y me cuentan qué pasa a mi alrededor.
Es graciosa la manera que voy. Lo sé porque el destino se ríe de mí y yo tan sólo escucho murmullos. La claridad y la sapiencia se me muestran para cosas que no sé si me interesan. Cada día le miento al mundo y el mundo me miente a mi, es un juego mutuo, ambos lo disfrutamos.
Me siento a contemplar qué es de mi y me doy cuenta que camino en círculos. Las esperanzas no me llevan muy lejos, ¿qué he de hacer para lograr lo que me propongo? Creo que todo está en proponerme las cosas correctas. Prioridades. Pero, ¿de qué me sirve? Sigo caminando en círculos, ya sin venda, ya sin hadas y con unas pocas esperanzas. Aún estoy a tiempo de llevar a cabo cierto plan destructivo. Podría sacrificar cosas para lograr otras. Podría, ¿sería conveniente? No sé.
No sé.
Me falta experiencia. Tengo sed. Necesito agua. No puedo seguir este camino si estoy así de cansado. Me faltas tú, pero, ¿por qué? ¿Qué tienes tú? Ay mujer. Ay de mi.
No quiero más falsas esperanzas. No quiero más hadas mentirosas. No quiero bailar más con la muerte, aún no es el tiempo. No quiero caminar más por el sendero equivocado. Ven mujer. Llévame por allá... Sí... Por aquel camino que no conozco. Tómame de la mano y caminemos, ¿quieres ser parte de mi vida? Yo quiero saber si estoy en lo correcto si no para descansar. Sí. Descansar. Suena tan bonito poder descansar. Ven. Tiéndete a mi lado. Cuéntame de nuevo aquella historia no me importa escucharla mil veces más. Tan solo el timbre de tu voz calmará mis ansias. Descansar suena tan bonito. Llévame por el costado del río, abrázame y háblame del futuro, cuéntame del pasado. Hazme ver en qué me equivoco, ¿eres tu? Quizás sólo necesito un poco de perspectiva. ¿Eres tu? No. Sí. No sé. Da igual. A ti es a quien quiero ahora. ¿Qué importa mañana? ¿A quién le importa el ayer?
Llévame por aquel camino y no demos vuelta atrás. Llévame por donde solo tú conoces. Llévame lejos.
Cada vez que veo salir el sol me hundo más en este pozo de esperanzas. Quizás, sólo quizás, encuentre la esperanza correcta, me tomará de la mano y me llevará más allá de lo que jamás creí que conocería. ¿Eres tu linda?
No sé.
No sé.

sábado, 2 de julio de 2011

Actores Impasibles.

Personas normales, pequeñas apariciones. Mueven los hilos de tus decisiones y pareciera que nunca han estado ahí. Actores neutros. Actores impasibles. Pequeños diablillos que corretean tus ganas de vivir y ni siquiera saben que existes. Pequeñas ninfas modelando terrenos que no les correspondes, decididas a entorpecer todo, decididas a hacerte perder el rumbo. Vives tras la silueta de tu amor platónico. Vives tras la huella de su aroma. Vives por ella y ella vive por ti. Y aún no sabes si se conocen. Quizás han cruzado miradas antes. Quizás han compartido un bus. Quizás han bailado ebrios en una fiesta que no recuerdan. Quizás se besaron en una fiesta de máscaras en otra vida. ¿Quién sabe? ¿Acaso tú? No, no lo recordarías. Pero, quizás, nuestros labios se recuerden. Ese sabor, la temperatura exacta, el tiempo preciso y el gesto que lo inicia todo. Almas viajeras en el tiempo que se buscan con alevosía; nada importa, el fin justifica los medios. El preciado regalo de tenerte aquí conmigo es algo que imploro tener, es algo que siento necesitar para estar completo. Pero actores impasibles se nos cruzan. Nos hacen lesos, nos confunden e hipnotizan. Y nos vamos a cruzar con ellos para siempre y a veces nos harán miserables y nos harán querer olvidar todo incluso las ganas de encontrarnos, pero siempre nos alcanzaremos. El fin justifica los medios, la victoria es más dulce cuanto más esfuerzo pusiste en alcanzarla. Sólo nos basta preguntarnos ¿Eres otro extra en esta película llamada vida? ¿Eres la actriz principal? Qué se yo... Si ni siquiera tú lo sabes.

viernes, 1 de julio de 2011

Siesta.

Me senté allí. Al sol tibio mientras me enfriaba la corriente de viento. Veía las hojas bailar y oía las ramas chocar.
Tan tranquilo allí estaba. Tanta paz durante unos minutos.

miércoles, 29 de junio de 2011

Perdido por un segundo.

Resulta que de un momento a otro me veo allí, sentado en aquel bar que me ha cobijado por años, un lugar casi tan triste como la gente que lo frecuenta. Resulta que no sé como llegué allí, todo parecía tranquilo y lo llevaba con calma, todo parecía como un paseo por la playa, con las olas acariciando mis pies descalzos de la mano de aquella, todo parecía como viajar a 120 por la carretera desierta, escuchando tu tema favorito mientras ella lo tarareaba, todo parecía como estar a su lado en la cama, mirando el techo y diciendo lo que queríamos ser en el futuro dando a entender claramente que estaríamos allí el uno para el otro para siempre. Tan tranquilo que nadie imaginaría lo que pasaría después. Tan tranquilo y apacible...

Pero el cambio fue como si te golpearan en la cara con un látigo de punta metálica. Toda la calma acabó y perdí la conciencia. Fue como si un tsunami nos atrapara en la playa, como si un pequeño desperfecto de la carretera nos hiciera volcar en el camino, como si un terremoto hiciera caer aquella lámpara sobre nuestras cabezas. Todo cambió en cosa de segundos. No sé lo que pasó. No sé como terminé sentado con este whisky en la mano, con este cigarro en la boca. No sé. Planeo averiguarlo, quizás salir de aquí. No sé. Es tan cómodo estar aquí. Tan apacible sin ti. Tan seguro es que nada me pasará aquí. Tan seguro como la última vez.

Me perdí tan sólo por un segundo. No sé como llegué a salir de este bar. De un momento a otro estaba caminando, conduciendo y acostado a la vez y, tal y como salí, en tan sólo un instante volví a estar sentado aquí... En mi miseria.

Pero, tal y como sucedió hace un par de meses volveré a perderme. Me conozco. Puedo predecir mi futuro. Sé exactamente que volveré a ti, de una u otra forma y luego al bar y de ahí no puedo decir más. Pero un paso a la vez, cada cosa a su tiempo y cada cosa con su tiempo. Quizás este cigarro me dure poco, quizás me digan que se acabó el whisky apenas termine este vaso y mañana mismo esté entre tus brazos. Quizás pasado mañana esté en el bar, quizás no lo vuelva a ver en un largo tiempo. Quizás me pierda para siempre.

Quizás, simplemente, estoy loco.

miércoles, 22 de junio de 2011

Mierda...

Perdí mi inspiración. ¿Dónde puedo conseguir más?

lunes, 13 de junio de 2011

One bad desition.

La mujer paró frente a aquel lago. Lo miró de pié un rato y luego se sentó abrazando sus piernas. Era una situación que la agobiaba. Quería saber exactamente qué hacer, que alguien se lo dijera. No quería pensar más. Quería dejar de existir por un largo tiempo y volver cuando ya nadie la recordara y no conociera a nadie. Quería huir y empezar de nuevo. Quería borrar cosas que había hecho y cosas que había dicho, cosas que consideraba errores. En algún momento creyó que, luego de haber revuelto el agua, las cosas decantarían y podría ver todo claramente. Lamentablemente olvidó que si temblaba agitaba todo y nada podría ver. Sentía que debía salir de allí. Lloró desconsoladamente un buen rato.

Y tal y como lo pensó, lo hizo. Se paró y corrió hasta el centro del lago.

Nunca nadie más supo de ella.

sábado, 4 de junio de 2011

Trabado.

Palabras que quedan atascadas entre los dientes, palabras que quedan ahí, sin decir nada, como el agua que alguien bebe de un río y que no llegará al mar. Pequeñas frases para pequeños momentos. Cosas que no me atrevo a decir. Cosas que dejo a medias y me quedo callado, pareciendo un idiota. Escribiendo y borrando. Escribiendo y borrando. Escribiendo, dudando y borrando.Cosas que me guardo y quedan para mi. Cosas que quizás... No. Cosas que quedan para mí. Cosas que no he de compartir.
¿Qué queda de tu vida cuando ni siquiera tú te soportas? Cuando ya no te quieres como antes, cuando te aburriste...

viernes, 3 de junio de 2011

Deseos.

Cada catorce minutos pienso en ti de una u otra forma. A veces muy vaga, pero sé que tiene algo que ver contigo. Empiezo a complicarme, creo que no debería ser tanto. Llevo mi mente a lugares idílicos para sacarte pero te mudas conmigo a ellos y no me dejas. Me enfoco en lo que hago y puedo tenerte a un lado durante horas, pero más tarde son otras horas en las que no me dejas solo.
Deseo muchas cosas, pero lo que nos concierne es que desearía tenerte aquí, conmigo. Desearía también, y por separado, no tenerte en mi mente tanto tiempo.Que sea menos, no tener que pensar que conmigo no estás y que conmigo no sueñas como yo sueño contigo. Desearía tener el valor para simplemente cruzarme contigo e hincharte hasta que te harte, y reír :) Soy feliz, como ya dije. Podría serlo más. Ya sabes cómo. Aún no me lo explico y, quizás, no quiera saberlo. ¿Qué más da? Ya estoy aquí. No me queda más que seguir adelante. Y no deseo más que tenerte en mis brazos, susurrarte al oído palabras de amor, molestarte un poco y hacerte reír, tan solo para ver tu cara de felicidad. Que ganas de tenerte aquí, para mi.
Desearía tener la fuerza para seguir remando contra la corriente. Quizás la tengo y no me doy cuenta aún mientras me doy contra todo, dándolo todo.

Cambio de dimensión.

Hoy quiero darle vida a lo que vengo pensando hace ya un tiempo. Una teoría de cómo se comporta el espacio-tiempo en base a decisiones. Aquí voy.
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Hoy deseé no llegar donde vivo. Bajarme en un lugar que conozco y caminar cuesta arriba hasta llegar a ti. Quizás, en otra dimensión paralela, un yo desembarcó en aquella calle y caminó para encontrarse contigo, y fueron a tu casa a comportarse como amantes que son. En otra un yo se aburrió de lo que pasaba, tomó su auto y llegó a tu casa tan solo para acurrucarse a dormir. Los tres están cansados. Es un tema de que en muchas dimensiones me gustas. Pero en distintas situaciones se encuentran. En otra se acostumbra a todo y sigue allá, de lo mejor bailando estando fuera de si, en otra no está solo, una mujer lo acompaña y no tiene idea de quien es, siquiera cómo se llama. Hay dimensiones más tranquilas. Unas decidieron no salir, quedarse en casa a relajarse, otra a estudiar, otra no conoce La Sala y tan solo duerme porque al otro día debe seguir estudiando. Hay dimensiones un poco más tristes también, en algunas lloran tu ausencia, en otras ni siquiera te conocen lo que, para mi, es como un infierno. Hay también lugares paralelos donde eres la mujer desconocida que me acompaña en el baile y que, quizás, está tomando un interés en ti. Creo que existen dimensiones paralelas que se crean a base de todas las decisiones que tomamos. Creo firmemente que hay una en que una versión parecida a mi llora cada vez que tu nombre pasa por su mente. Creo firmemente que hay otra que sonríe cada vez que recuerda tu nombre ya que sabe que con una llamada puede juntarse con vos y tenerte en sus brazos...

Sea como sea, estoy atrapado en esta dimensión. En la que me da por pensar mucho. Pensar mucho en ti. Que no llora literalmente, pero no la pasa de maravillas y que de todas maneras sonríe cuando te recuerda. Cuando recuerda tu bella sonrisa y tu tierna y coqueta mirada.
Como sea, estoy atrapado aquí y no me queda más que hacer mi estadía lo más placentera posible.

jueves, 2 de junio de 2011

Despedida.

Y así como te abracé y te prometí amor eterno te dejé marchar. Con una facilidad que me duele, literalmente, en el alma. Un sufrimiento del que temo no recuperarme nunca... Llevo años sintiéndolo, no creo que me deje jamás. No creo mucho hoy en día. No creo siquiera en lo que me dices cuando te veo. No creo ni siquiera lo que siento cuando hablo contigo. Con suerte creo que lo que como existe y que aún sigo vivo. No, no sigo vivo, sino que aún soy capaz de mantener con vida el cuerpo que almacena mi tristeza. Soy tan culpable como yo hace siete años. Soy más maduro que antes y creo que mi corazón es más de piedra que nunca es, pero seguirá peor día a día. No soy el que ese día te besó, no soy quien hace tiempo te abrazó, no. No soy sino una carcasa que acarrea sufrimiento, dolor, pena, tristeza y nostalgia. Nunca debí fijarme que caminabas en sentido contrario ese día. Nunca debí tomar esa foto donde mirabas desprevenida porque parecías linda. Nunca debí regalarte la foto con tan bella poesía que, por cierto, murió con mis ganas de tenerte en mis brazos. Nunca debí regalarte aquello, esa parte mía, no.

A la mierda la experiencia. Quiero mi vida de vuelta, sé que otros siete años no solucionarán nada. Ni otras mil mujeres más me harán cambiar. A la mierda todo, a la mierda con tu bella sonrisa y tu certeza para adivinar lo que pienso. A la mierda tus caricias en el pelo y tus conversaciones de papel. No quiero ser marioneta de tu recuerdo nunca más.

Y peor ahora que te paseas frente a mi con tu... ¡Ese huevón que anda de la mano contigo! Quiero apuñalar a mis ganas de decirte algo. Me voy, me voy para nunca más estar contigo nostalgia de mierda. Me duele el tener que saber cosas. Me duele el no ser parte de tu mundo. Me duele el seguir aquí, frente a ti, que te me cruces por todos lados, que me evadas cada vez que quiero conversar contigo, que me leo un mínimo indicio de algo que parezca tu nombre. Sufro y me arrepiento. ¿Cuándo dejarás de sentarte frente a mi cada día?

A la mierda con todo. Adiós.

martes, 31 de mayo de 2011

Juntos.

La lluvia nos pilló de repente, mientras paseábamos, nos escondimos allí, en ese suerte de pasadizo, una escalera que conectaba dos mundos. Saqué la cabeza, la lluvia no era fuerte pero tenía para más, ninguno iba preparado para ello. Nos sentamos en esa escalera y nos abrazamos para no perder tanto calor. Conversamos un par de banalidades más, tocamos otro par de temas profundos hasta que te dije que no. Me miraste extrañada, yo sonreí y te besé. Así se nos pasó el tiempo, cuando volvimos conversamos del futuro cercano, teníamos algunos planes, teníamos algunos sueños juntos, sabíamos que terminaríamos en un plazo mediano pero no lo dijimos, lo dejamos ver en la distancia de nuestros planes, tan solo sonreímos. Un acuerdo en silencio para no adelantar el dolor, ¿Para qué? Nos abrazamos, suspiraste, tus latidos me dieron un poco de paz de ese pensamiento y sonreí, te abracé más fuerte, sonreíste.

Giré la cabeza, ya no llovía. Decidimos volver a territorio conocido por donde vinimos, no quisimos arriesgar más, caía la noche y mi deber era protegerte. Salimos al mundo para vivir. Salimos juntos para aprender.

Dos días después volví sólo, tan solo para aclarar mis pensamientos. Bajé tranquilamente por la escalera. Estabas allí, sola, al final del pasillo, me dabas la espalda. Me quedé lejos, tan solo te miré. Esperé una reacción y no te movías. Pasaron dos horas y nada ocurrió, nada cambió, nada nació y nada murió. Me fui pero dejé una nota.

Dos días después me dijiste que me sentiste allí, incluso antes de leer esa nota. Me dijiste que me querías. Taciturno, tan solo te abracé, en cuanto me acerqué a tu cara para besarte, ocurrió lo peor.

Desperté. Y era lunes.

sábado, 28 de mayo de 2011

Novedades.

Te encontré sentada frente al mar, en esas tablas que habíamos juntado el día anterior, con la pera en las rodillas y un rojo sol de atardecer en tu rostro. Te veías preciosa y parecías contenta, o al menos creí ver una sonrisa en tu rostro. En silencio te admiré. Te miré por unos minutos sin delatar mi presencia, quise capturar para siempre ese momento de ti, ese momento en que sabía que eras para mi. Me acerqué lentamente haciendo un poco de ruido con la boca para no asustarte y me senté al lado tuyo, impasible, te empujé un poco con la cadera y me miraste, cerraste los ojos y esbozaste una sonrisa, una bella sonrisa. Me hiciste sonreír así sin más, con sólo haberme mirado lo hubieras logrado. Extendiste tus piernas, me acosté en la arena que guardaba ya poco calor y puse mi cabeza en tus muslos. Comenzaste inmediatamente a acariciar mi pelo y me sentí tranquilo, sentí que estaba todo bien. Sentí que nada me faltaba y que nada más necesitaba. Sentí esa tranquilidad que no sentía hace muchos años. Que eres para mi como yo soy para ti y que puedo estar ahí sin decir nada, sintiendo tu calor y eso te hace feliz.
Pequeños instantes de paraíso, me agradan.
Tan sólo me falta llevarte lejos, pero ya tendremos tiempo. Se hizo de noche, mejor volvamos a casa, toma mi mano, caminemos por el borde del mar un rato, cuéntame una historia, inventa un personaje y haz que se enamore del mío. Vamos por esta calle, pon tu mano en mi cintura y yo pondré la mía por tu espalda, apoya tu cabeza y te daré un beso en ella. Vamos, arranquemos de la realidad de nuevo, guiemos nuestras mentes por un lugar idílico mientras nuestros cuerpos caminan vagos compartiendo calor. Estamos en casa, ¿Quieres un té? Muero por beber algo caliente. Sentémonos en el sillón en lo que hierve el agua. Te apoyas nuevamente y te cuento que hice antes de encontrarme contigo, asentías con la cabeza, claramente estabas cansada. Sonreí y decidí tan solo acariciar tu hombro. Cuando empezó a hervir el agua, moví tu cuerpo un poco, ya dormías. Te acomodé allí y te cubrí con una manta. Dormías plácidamente. Me serví un te y tan solo te miré. Tan solo te miré. Me estaba enamorando. Era bonito. Era casi algo nuevo. Era feliz. Era una taza de felicidad con gusto a té. Te veías tan tierna allí soñando, creí que soñabas algo feliz pues noté una sonrisa leve. Sonreí al creer que podrías estar soñando conmigo. Junté el otro sillón con el que ocupabas y me acosté al lado tuyo. Tan sólo quería que tu rostro fuera lo último que viera antes de conciliar el sueño.
Desperté. Me mirabas. Era temprano. Tan sólo me dijiste:
-Lindo, ¿Dónde está mi té?-

Solté una carcajada, besé tu frente y comenzó un nuevo día. Una nueva aventura.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Esperanzas.

Te quedaste ahí, sentada al lado de la ventana mirando al suelo. Buscando una respuesta en tu cabeza, aún a sabiendas de que no la tenías, llevas tiempo preguntándote. Tu cara reflejaba más que la tristeza que te acongojaba, era una preocupación. Temías con toda tu alma a quedarte para siempre así y no poder volver jamás a entregarte a ciegas.
Sentado frente a ti, en el suelo, buscando tu mirada estaba. No sabía porqué te quedabas así. Quería abrazarte y besarte, pero no estabas ahí. Eras tu la que tenía perdida la mirada y no eras tu la que estaba sentada frente a mi. Mujer, que no encuentres la respuesta puede ser porque estás haciendo mal la pregunta.
Y no te moviste durante media hora, con suerte pestañeaste. Y no me pude quedar quieto ni por un segundo, recorrí como gato encerrado la pieza. Tu respiración era la de un muerto. Mi respiración era de haber corrido mil maratones en esa media hora. Tu tranquilidad perturbaba mi desesperación. No parecías querer hablar y yo no podía articular palabra alguna.

Te tomé, te senté en el suelo y te obligué a mirarme. Me senté frente a ti y puse mi cara a doce centímetros de la tuya. Y te obligué a responder. ¿Cuándo dejarás esa apatía? ¿Por qué no me dejas? ¿Qué esconde esa cabecita tuya?

Tu respuesta fue más simple de lo que esperaba, sonreíste, me besaste, te vestiste y te fuiste.
Cuando corrí a buscarte sólo encontré un papel bajo la taza de café que no terminaste y una palabra que tan sólo por un momento creí perder.

Paciencia.

viernes, 20 de mayo de 2011

So, i'm here in the middle of the parade. Walking... I look like a zombie. I'm not really here. I'm somewhere else. I'm sitting on a desert. Under an umbrella. I'm meditating, i'm focusing all my thoughts on you. All my hope on this choice but, is it really me there in the desert? Is it really me here, in the parade. No, i'm not really me. I'm just a copy of who i would like to be next. I'm being molded by myself, but I still have a chance to go back but, why would I do that for? I'm feeling happy. I'm doing things that I'll regret later... Makes me feel alive. I just would like you to be here, meditating on a parade next to me.under a umbrella that covers me from insecurities. I just want to lay my head on you and fall asleep. I just want to have something simple. I want you. I want to kiss you. Just like that, take me for just a moment outside this world. Take me where nobody else has taken me before. Take me away. Lead my way for a second and I'll trust you. I'll blindly trust you. It doesn't matter how long, it doesn't matter where, but i do matter when. I don't want this to be far from now, even if I'll have to wait more, because i will. I will wait for you. I am waiting for you.

Please don't take long. I want to be there, where happiness flows like a wild and unknown river.
I just want to hear a please don't go...

miércoles, 18 de mayo de 2011

Heartbeats.

Bum. ¿Lo sientes? Bum. ¿Lo escuchas?. Bum. Es mi corazón. Se vuelve tantito loco cuando andas por acá cerca. Bum. Y te siento cerca. Y me agito. Lo siento en mi garganta, me va a explotar. Se acelera, me gusta. Se acelera, un tanto adrenalínico. Bum. Me emociono. Lo tranquilizo y me preocupa quedarme sin palabras. ¿O no? Quizás las palabras no serán necesarias. Siento que invade mi cuerpo una sensación que no me deja estar tranquilo. Quiero correr. Huir de ella. Siento que me invade y que no me va a dejar. Quizás debería dejarla. Quizás debería quedarme. Quizás no debería adelantarme a los hechos. Quizás no debería repetir tu nombre tan a menudo en mi mente. Bum. Bum. Tan seguido... Me matarás sin siquiera saberlo.

lunes, 16 de mayo de 2011

Ingenua, escucha tu corazón.

Pasó que estabas allí, a veinte metros de mí. Y no me veías. Y no quise caminar hacia ti, no quería hablarte. Tan solo te miré de reojo, por sobre mi diario. A ratos bebía del café y pedí otro en cuanto acabé el primero. Y tan solo te observé. Caminabas un tanto desorientada, sabía que esperabas a alguien. Sabías algo, pero no querías compartirlo y tan solo te miré. Cuando me aburrí de sostener el diario para no leerlo, prendí un cigarro y bajé mi sombrero para que no me vieras los ojos. Te sentaste en la solera y sacaste el celular, mirabas casi con desesperación, esperabas una señal, un mensaje, un llamado, mirabas la hora. Miraste al cielo cerrarse y las gotas comenzar a caer, suaves, una leve llovizna que atenuaría lo que vendría. Apagué mi cigarro, pagué la cuenta y me paré. Caminé directamente hacia ti y sin decir nada tomé tu mano y te llevé a una banca que por ahí había, bajo un gran árbol. Efectivamente la llovizna había atenuado tus lágrimas , casi imperceptibles las sequé con mi pañuelo, te abrazaste a mi y te sentí llorar.

-No vendrá, ¿Cierto?- Preguntaste entre sollozos.
-No sé. No le conozco, no sabría decirte si te mintió, tiene miedo o tan solo está atrasado. Pero dime, ¿Confías en él?
-Confiaba, hasta hace unos minutos.
-¿Por qué dejaste de hacerlo?
-Porque no está aquí conmigo.
-No pienses así. Toma, usa mi teléfono y pregunta por qué no está. Vamos, con confianza.

En cuanto se puso el celular en la oreja, pude escuchar otro que sonaba no muy lejos y que se acercaba con celeridad.
El joven apareció jadeando, con una rosa en la mano. Ella me pasó el celular y corrió a abrazarlo. Le preguntó por qué había llegado tarde.
No escuché la respuesta, ya me había alejado. Prefería sentir la lluvia y caminar a quedarme allí.
Al subirme al auto me llegó un mensaje: "Me cuesta poco confiar en alguien. Me cuesta mucho mantener una confianza"
Sonreí y le respondí: "Ingenua, escucha tu corazón y no te dejes llevar por ese primer impulso. El resto te lo dará el tiempo y la experiencia."

miércoles, 11 de mayo de 2011

La Ballerina.

Se subió al escenario, no era la primera vez. Un sólo foco iluminaba aquel lugar que le había dado tantas alegrías, tantos bellos momentos, amores irreales, historias interesantes, premios, amores reales, familia y aplausos. Un sólo foco que la iluminaba a ella en medio del escenario. Sola.  Imaginó aquella melodía que bailó por primera vez ante un publico. Recordó la primera vez que sudó de nervios antes que por moverse.
Bailó. Bailó al ritmo de la música que corría salvaje por su mente. Danzó como si fuera la última vez que iba a poder hacerlo. Se liberó, dejó su ser en aquel escenario que la había visto crecer, pero falló. Cayó sobre aquel escenario que la había visto fallar antes, caer en los ensayos, empujar compañeras de espectáculo, fallar en un salto y torcerse el tobillo. Muchas veces falló, tantas como las que salió adelante y se superó. Se sentó, abrazó sus piernas, una sola lágrima dejó ir, la secó y volvió al ruedo. Y, una vez más, se superó. Dejó su esencia en el escenario, se lo regaló. Al terminar en aquella pose perfecta que sólo ella sabía mostrar con elegancia un aplauso salió de las tinieblas de las graderías. Se sentó a orillas del escenario y se le acercó él, aquel hombre que la apoyó durante años y quien es su esposo.

-¿Por qué has venido mujer? Llevas años alejada de las tablas.
-Debía cerrar un ciclo. Corresponde dejar atrás de manera correcta, no puedo hacer este cambio sin terminar lo anterior.

Agachó la cabeza pues sabía que lo que decía era lo que debía hacer. Sabía que sólo sacándose la danza del cuerpo podía seguir adelante con su nuevo proyecto de vida.
Él la abrazó, le besó la frente. Sonrieron. Se sacó las zapatillas de ballet y las dejó en medio del escenario.
Salieron del lugar camino a casa. Una parte de ella había sido archivada y tan sólo pensaba en su futuro. Era lo correcto. Ella lo sabía y así lo sentía.

martes, 10 de mayo de 2011

Cuento Corto.

Mucho que decir.
Cuento corto, quiero tomar una micro e ir a dormir con mi cabeza en tu falda.

lunes, 9 de mayo de 2011

¡Te quiero escribir!
Pero se tiene que leer así:
Te quiero escribirrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr.

lunes, 2 de mayo de 2011

En las sombras.

Recorro calles en busca de tu rostro.
Me paseo entre conversaciones donde se pronuncia tu nombre.
Salto de bar en bar donde te vieron pasar.
Camino en la soledad que deja tu huella.
Le piso los talones a tu sombra. Le pregunto a la luna por qué no me ilumina el camino.
Busco la manera de incrustarme en tu destino.
Me siento a esperar a que pasen tus piernas.
Río ante mis ganas de abrazarte.
Saboreo la victoria cada cierto tiempo y la amargura de la duda más seguido.
Me escondo detrás de una mampara de misterio que no puedo saltar.
Le hago el quite a tus indirectas osadas.
Rehuyo mis dudas y a veces a mi imaginación.
Le doy la mano a mis deseos de besarte y los saco a caminar a diario.
Arreglo un encuentro con tu aroma y me deja plantado.
Salgo a la calle para buscar esperanzas.
Fotografío mares de gente y busco tu camisa.
Escucho tu voz y me doy vuelta para revisar si no fue mi imaginación.
Siento un toque en el hombro y deseo, tan sólo por un instante, que sea tu mano.

En las sombras nada es real. Todo es producto de tu mente.

sábado, 30 de abril de 2011

Summertime.

Me despertaste de la siesta acariciando mi mejilla. Entibiaba tímidamente el sol un tanto naranjo y su reflejo se veía precioso en el agua. Te sentaste a mi lado mientras despertaba y tarareabas una canción. Suave y relajante.

Caminamos por el sendero mientras nos alejábamos de la cascada, me tironeabas ansiosa, yo no entendía nada. Me detuve un segundo y corrí de vuelta, te quedaste parada mirándome y no te moviste. Volví con la cámara en la mano, presentí que la necesitaría. A medida que nos alejamos te fuiste relajando y te abrazaste a mi, sonreí y caminamos tranquilamente en silencio. Ya estábamos ahí, no había apuro para nada, todo era para nosotros y nosotros eramos para ello. Llegamos a nuestro improvisado, pero acogedor hogar, me cambié de ropa y tomaste un bolso y te miré extrañado. Sonreíste, y con eso no necesitabas más, y me guiñaste un ojo. Solté una carcajada suave y tímida, miré al suelo y negué con la cabeza, te seguí el juego, me pasaste una manta. Salimos tranquilamente, me decías que habías encontrado el lugar perfecto.

Era un claro entre altos árboles, me extrañé de no haberlo visto antes. Extendí la manta y te sentaste, me senté en frente. Sacaste del bolso una canasta y una radio pequeña, esa a pilas que tenías guardada. Pusiste tu tema favorito y me lo cantaste. Te miré atentamente y te sonrojaste, linda. Exploré la canasta en cuanto terminaste. Habías preparado algo, un par de emparedados, un termo y bolsitas de té. Idílico. Preparamos el té, repartimos la comida y conversamos. Hacía ya un tiempo que no hacíamos eso. El tímido sol que huía de ahí y la música le dieron un toque especial a la comida, se hacía de noche y no me preocupé, vi las linternas que trajiste. Al terminar me eché sobre la manta, ¡Estuvo delicioso! Pusiste las cosas a un lado y te acurrucaste a mi, apoyando tu cabeza en mi pecho. Acaricié tu espalda y comenzaron a salir las primeras estrellas. Te dije que le pidieras un deseo a la primera estrella de la noche. Suspiraste profundamente y me miraste, sonreí y besé tu frente. Estuvimos así, disfrutando el ruido de la brisa suave en las hojas, por un buen rato. Empezaba a quedarme dormido pero te levantaste repentinamente. Tomaste mi mano, me levantaste y empacamos.

Prendiste la radio y pusiste música movida. Yo caminaba y tu bailabas libremente frente a mi. Alegre, libre, feliz. Llegamos a nuestra casa y te sacaste la polera, me sorprendí y me tiraste mi traje de baño en la cara. Mientras me lo ponía saliste corriendo. Me apresuré para seguirte, llevé la lámpara a gas.

¡SPLASH! Se escuchó tímido al lado de la cascada. Nos iluminaba la luna. Era nuestro pedacito de paraíso. Me miraste y me hiciste señas para que entrara. Salté, confío en ti. Estaba helada, tu rostro decía lo mismo. Nos abrazamos, nadamos y jugamos cuales niños en el agua. Me besaste y saliste. Te miré mientras salías y fuiste detrás de un árbol. Trajiste toallas. Un abrazo más y volviste al árbol. Trajiste un chaleco para cada uno. Lo habías planeado todo. Fue perfecto. Llevamos nuestras cosas de vuelta a nuestro refugio. Te miré con cara de cansancio y me recosté sobre la cama, me acompañaste.

Te di las gracias. Tiempo que no sentía tanta felicidad en tan poco tiempo. Lo único que respondiste fue:

-Je t'aime, belle.


-Je t'aime, ma chérie.

jueves, 28 de abril de 2011

Linda.

Hoy salí. Pensé en ti. Y ahora mido la felicidad en horas. Fueron casi dos horas en que caminar y fotografiar me llevaron por un río de felicidad máxima. No me gusta darle medida, pero no se me ocurre otra forma. Fueron dos horas porque me liberé del computador. El mundo real desde mi punto de vista es más bonito. Evitar mi realidad virtual me divierte. Desconectarme me hace bien. Quiero desconectarme contigo. Quiero salir a caminar contigo, llevarte a pasear, darte un globo y robarte un beso. Quiero revelar las fotos y regalarte una. Escribir algo que quede sólo para ti. No me preguntes por qué... Bueno, pregúntame. Enciérrame en dudas para que salir sea un reto. Déjame dejarte en claro que realmente no sé y que soy un tantito impulsivo. Déjame abrazarte por atrás y susurrarte  un poema que aún no invento. Quiero llevarte a lugares que no conozco y que quizás hayas visitado. Llévame donde te lleven los recuerdos y déjame ser parte de tu mundo, aunque sea un mundo de mentira. ¿Quién sabe? Tal vez pueda ser una pintura en tu pared, un poema en tu cuaderno, una foto en tu computador, una lágrima en tu mejilla, un abrazo en la noche, un beso en el callejón, una estrella en tu cielo, una luz en las sombras de la inseguridad, un amigo en la duda y un amante en la noche.
Quiero ser quien no ha sido antes y que seas quien no ha sido para mi. Llévame. Llévame lejos. Llévame tan lejos como tu mente quiera, yo te sigo. Llévame por ese sendero al que le temes, yo te protejo. Tómame de la mano y te detendré cuando haya que descansar, te cobijaré en la tormenta.
Pero no me pidas las cosas en silencio. No me claves las dudas como daga. No me dejes en el limbo. También tengo miedo, me es inevitable.
No quiero medir la felicidad en horas. Quiero despertar feliz y acostarme feliz. Medir en semanas. Meses. Da igual, ser feliz contigo es lo que quiero.
Y no sé por qué. Pero lo quiero. Me atraes mujer. Imagino cosas. Buscaré respuestas. Sólo responde. Sé sincera.

¿Será mucho? No sé.

miércoles, 27 de abril de 2011

Caminar.

Y, como siempre, soñé despierto. Te imaginé ahí, imaginé cosas que no quiero contar. Pero estabas ahí, y yo dormía de pié. Caminaba por inercia y la música guiaba mi andar. Mis lentes filtraban la realidad y veía sólo lo que ellos querían que yo viera.
Y no te vi. Pero no salías de mi mente.

domingo, 24 de abril de 2011

Twice a day.

So. I might be thinking too much about her.
I'm not even sure if she thinks of me twice a day.


Dos veces al día.
Que pienses en mi dos veces al día es todo lo que necesito. Que me lo digas una vez al día me basta. Saber que a veces dices mi nombre en la soledad de tu pieza sólo para sentirte abrazada, saber que tu recuerdo abriga tus heladas tardes de invierno abriga las mías.
¿Quieres salir a dar una vuelta conmigo?
Vamos, será divertido.

sábado, 23 de abril de 2011

Lluvia.

Tomé mi café y me senté junto a la ventana. Deliciosa bebida que relaja y eriza la piel.
Llueve, es el clima perfecto para el café. Una manta me cubre y me abriga. Suena "Scar Tissue" en la radio y me gusta mirar el agua. Libre como corre por mi ventana, por las calles, por el aire. Como va libre y queda prisionera de la gravedad. Quizás nunca fue realmente libre. En el colegio me enseñaron que el agua cumple un ciclo. Quizás esa gota que rueda por el vidrio llegue al mar. Quizás no.
Me miras a los ojos. Lo has estado haciendo desde que me senté frente a ti. Sonríes. Me encanta tu sonrisa y me río con tan sólo mirarte. Me encantas. Quizás somos dos gotas que cumplen un ciclo. Quizás llegaremos al mar. ¿Quién sabe si nos separaremos luego? Quizás ni siquiera lleguemos al mar. ¿A quién le importa? Me gusta tu sonrisa, me gusta tu mirada. Me encanta escucharte hablar. Que escribas en tu mente y me lo cuentes mientras me acaricias el pelo. ¿Qué importa lo que pase mañana? A mi tampoco me importa.
Se pone a llover más fuerte y fuiste por más café para ambos. Te miro ir a la cocina y me pregunto, ¿Cuánto puede durar un sueño? a veces no puedo creer que sea yo quien ocupa tu mente durante horas. Me cuesta creerlo a veces. Pero vuelves, me llevas a la cama y nos quedamos viendo la lluvia por la ventana. A la mierda el café. Y te pregunto, ¿Cuánto puede durar un sueño?

¿Importa? Sólo debes saber que cuando duermes los sueños terminarán. Estamos despiertos y somos felices. Nada más importa.

Vuelves a la ventana y la abres. No hacía tanto frío y la lluvia era más fuerte. Vuelves a la cama y me levantas, tomas mi mano y corres. Corremos bajo la lluvia, no paras hasta dar la vuelta a la esquina. Me empujas a la pared y me besas. Pones tu mano en mi espalda mojada, por debajo de la polera. Me entierras las uñas y dejo salir un leve gemido de dolor. Aunque creo que es más de sorpresa.

¿Lo sientes? ¿Ves que estás despierto? Este sueño no tiene por qué terminar.

Paseo.

Llevaba cuarenta y ocho minutos caminando con el cigarro en la boca, haciendo el gesto técnico de ir fumando y peleando con mis demonios internos. Parecía un loco, haciendo gestos y puteando en voz alta. Caminé otros veinte minutos y me senté en la banca de la plaza que ahí estaba. Bueno no, me eché en la banca, brazos en el respaldo y mirada en el alto árbol que atrás había. Cigarro en la mano derecha y me había cansado de pelear con las ilusiones del pasado. Respiré profundo y pensé en empezar algo nuevo. Me empecé a pegar en la frente con el pulgar derecho y me cayó un poco de tabaco en la cara y comencé a decir en voz baja:
-Nuevo, comienzo, romper ataduras- Me puse el cigarro en la boca  y seguí dándome esos pequeños golpes que ayudan a pensar -Liberar, crear, ¿Crear? Necesito una chispa. Una chispa. Chispa. Chispa.- y simplemente lo grité.
-¡Chispa!- Y me quedé tranquilo. Aún sin abrir los ojos. Extendí los brazos y pensé en quedarme dormido.
Y así sin más tenía prendido el cigarro.

Se sentó al lado mío y me dio una mirada un tanto provocadora y agresiva.
-¿Tantas ganas de fumar y no te acercas a la gente a pedir fuego?-
Me sorprendí y no sabía qué decir. Quemé y le dije:
-Me gusta tu chispa, pero no necesito lumbre. Necesito un fuego que encienda mi alma y me haga querer volver a vivir-
Tomó mi cigarro, lo apagó. Tomó mi rostro y me dio un beso apasionado.
Perplejo, y no supe qué pensar. Sólo me dejé llevar.
Me soltó, me dio una cachetada que supongo habrá espantado a más de un muerto y me dijo:
-Imbécil. Ahí está tu chispa. El resto depende de ti.-


Se paró y se fue. Me quedé con las ganas de terminar el cigarro.

viernes, 22 de abril de 2011

¿Si? ¿No?

No. Si. No. Si. No. Si.
No. Si. No. Si. No. Si. No. Si.
No. Si. No. Si. No. Si. No. Si. No. Si.
No. Si. No. Si. No. Si. No. Si. No. Si.  No.
Si. Desolador. No. Si. No. Si. No. Si.
No. Si. No. Si. No. Si. No. Si. No. Si.
No. Si. No. Si. No. Si. No. Si. No. Si.
No. Si. No. Si. No. Si. No.
Si. Fulminar. No. Si. No. Si. No. Si.
No. Si. No. Si. No. Si. No. Si.
No. Si. No. Si. No. Si. No. Si.  No.
Si. Palpar. No. Si. No. Si. No. Si.
No. Si. No. Si. No. Si. No. Si. No. Si.
No. Si. No. Si. No. Si. No. Si. No. Si.
No. Si. No. Si. No. Si. No. Si. No. Si.  No.
Si. Vivido. No. Si. No. Si. No. Si.
No. Si. No. Si. No. Si. No.

martes, 19 de abril de 2011

La búsqueda de la inspiración

Sentado. No, echado en el sillón. Audífonos y música relajada y un tanto triste, quizás tengan una frase para mí. Fotos, muchas fotos, distintos ángulos, distintos enfoques. No, no viene o no la veo. Salgo al balcón, me fumo un cigarro y veo las luces. Está preciosa la luna, como siempre, pero no me dice nada. Un cortito de lo que sea para relajarme. A ver, veré si entre los papeles viejos hay una palabra de ayuda. Nada. Más y más hojas en blanco. Ah, ya sé, me acuesto y escucho música con la luz apagada, quizás encuentre un recuerdo que me diga qué escribir. Me gusta esta canción "Yes it is" de los Beatles. "I could be happy, with you by my side". Y me pregunto si estás ahí, no quiero molestarte, no quiero apurarme, no quiero presionar nada. Quiero estar tranquilo y feliz. Me gusta esta canción "María, ria" de Chico Trujillo "no me animé a decirte esto el otro día, me encanta tu manera de mirar" , "Las cosas se van sucediendo, las cosas van apareciendo, somos responsables de lo demás" y pasa no más, no voy a presionar. Me gusta esta canción "Voy y Vuelvo" de los Chancho en Piedra, pero no voy a citar nada porque me da pena. A ver, quiero, but i'm very very shy, y siempre tengo dudas. SIEMPRE. Me carga ser así y no sé aún como cambiar. Y a cada rato reviso si es que me has hablado ¿Cómo saber que estas ahí? ¿Cómo saber que piensas en mi?

Si hay algo que me gusta es la reciprocidad. Me gusta saber que también eres capaz de decir hola, de llamar, de dejar un mensaje, de mandar una carta. Yo soy raro. No sé.
No sé.
No sé.
No sé.

Y te quiero aquí esta noche para abrazarte y dormir. Me atraes, me gustas, me intrigas y me interesas. Basta de "cucharitas" date vuelta y mírame a los ojos. Acaríciame y no digas nada. Sólo mírame. Ahora conversemos, tengo tanto que hablar y no sé por donde partir. ¿Durmamos? Simplemente quiero algo simple. Y a ti. Te quiero a ti para mi. No sé por qué. No sé. No sé. No me pidas respuestas ahora. 
No hay respuesta a la pregunta que no he hecho. No hay apuro.

No, no hay apuro.

jueves, 14 de abril de 2011

Déjame. También mereces mejor.

Y con esas palabras te fuiste, tomaste la flor que te di y marchaste. Me diste la espalda y caminaste. Dejaste la flor sobre la mesa y desapareciste. Y nunca volví a ver tu bello rostro. Pero no eramos fuertes. Nos dejábamos mensajes en el punto de encuentro regular, debajo del árbol donde tallamos nuestros nombres y nos dimos el tercer beso, envuelto en un sobre perfumado con nuestras fragancias típicas y correspondientes, dentro de una envoltura plástica.

Me mantiene cuerdo, pero quisiera poder dejar de hacerlo. Quiero conocer a alguien nuevo. Alguien a quien pueda besar.

lunes, 11 de abril de 2011

Rosetta.

Era la más bella, la más llamativa. Una mujer como ninguna otra. Era Rosetta, la mujer más cotizada del lugar.
Alta, pelo negro como la noche, tez clara, hermosa sonrisa, curvas infernales y una personalidad que atrapa. Se sentaba en la barra y el cantinero siempre tenía listo su asiento, que no dejaba usarlo a nadie más, y su drink favorito: Orgasmo, que bebía lenta y sensualmente mientras miraba de reojo a todos los babosos que la observábamos noche tras noche.
Se vestía de manera provocativa, pero sin dejar de ser una señorita. Vestidos a medio muslo con medias sensuales y taco alto, una blusa que dejaba ver levemente la piel entre sus pechos y ese lunar de su hombro izquierdo, un collar que decía se lo había heredado su madre antes de morir, maquillaje preciso y un lunar falso debajo de su ojo derecho. Tan solo su apariencia dejaba ver lo difícil que era acercarse a ella. Más de una vez le envié algo a través del cantinero y me hacía un gesto para agradecer, yo alzaba mi vaso de whisky y le sonreía, nunca antes le había hablado. Siempre recibía un Scotch 18 cuando llegaba a mi mesa, que realmente no era mía pero nadie se atrevía a usarla después de las 11:47, hora usual de mi arribo. Una mesa simple, redonda, donde no cabían tres personas y dos quedaban ligeramente incómodas si no eran amantes. Podía estar horas y no me echaban al cerrar, por el contrario me lo pedían por favor y me daban la mano al salir. Soy un buen cliente: Pago y no me emborracho. Maripa, la camarera, llegaba con ese vaso querido, me decía que era de mi "admiradora secreta" y se sentaba conmigo a contarme las noticias del día. El trabajo me mantenía ocupado y nunca sabía lo que pasaba. Mientras me hablaba siempre miraba para cualquier lado, bueno no. Eso es una excusa, siempre miraba a Rosetta y ella miraba de reojo. A ratos volvía la vista a Maripa para no perder el hilo y no hacerla sentir mal, dos pájaros de un tiro. Al terminar este ritual ella se paraba y continuaba su trabajo, nunca la retaban porque yo dejaba propina, cosa rara en aquel lugar, y me dedicaba a lo que iba: Escribir mi libro y mirar a Rosetta. No estaba enamorado de ella, eso hubiera sido estúpido. Pero tenía más que ganas de meterme en sus bragas y divertirme.
Ese día me sentía muy bien sin motivo aparente y luego de llegar decidí  ir a hablar con Rosetta, no pasé por mi asiento . Era todo un reto llegar donde ella, había que pasar por borrachos, putas, amigos y señoritas, siendo el reto mayor al final, donde había que sacar a un jote para que yo, otro jote, se pudiera instalar. Le toqué el hombro al hombre que baboseaba mientras ella le daba la espalda, le di dinero y se fue tranquilo. Saludé al Jack, el tipo del bar, amigo mío y le pedí el clásico "Orgasmo para la señorita", lo dije en voz alta y de manera clara. Ella se dio vuelta sorprendida y me saludó muy cariñosa. Conversamos unos quince minutos, yo estaba hecho un atado de nervios y por no quedarme sin conversación le dije: "Gracias por responder siempre al Orgasmo con Scotch 18" me miró sorprendida, sonrió y me dijo: "Me gustaría poder decir De Nada, pero yo no hago eso. De todas maneras gracias por el Orgasmo diario, sonrió". Quedé perplejo. Se me murió la lengua. Empecé a balbucear y le pedí información a Jack. Me miró riendo y dijo que no podía, que ella era tímida y no quería ser revelada. Dejé mi asiento, no sin antes darle las gracias a Rosetta por una breve pero interesante conversación, me sonrió y dijo que esperaba pudiera repetirse con más extensión. Di la vuelta a la barra buscando a Maripa, ella debía saber quien era. Llegué a la cocina y me enviaron al callejón, ella estaba sacando la basura. La encontré sentada mirando la Luna y me senté con ella. Sin rodeos le pregunté quien era: "Siempre pensé que era Rosetta y no. No era ella, ¿Quien es la tal "admiradora secreta"?". Rió y no dijo nada. Me dio un papel y entró a la cocina.

"Siempre soñé con el momento que me dieras las gracias por el Scotch 18, sabiendo que era yo".
-Atte. Maripa, admiradora secreta. 18/6/1928

Quedé peor que antes. Sentí que era mucho por una noche. Lo peor era que el papel, ya viejo, tenía una fecha que había pasado hace meses. Creí que vivía una mentira, que todo lo pasado nunca pasó.
Volví a mi mesa sin antes responder unas cinco veces que no había visto ningún fantasma. Me senté ahí y vi un vaso con ese preciado licor y dos hielos, tal y como me gusta. No sabía qué pensar. Estúpidamente alcé la vista a Rosetta y la vi besándose con un extraño. No se por qué aún me quedaba la esperanza que fuera ella. Puta.

Maripa era una mujer sencilla. Estatura mediana, pelo castaño claro, ojos verdes oscuro, sonrisa coqueta. No se por qué me cegaba a Rosetta si no era para mi. No se por qué nunca aclaré mis dudas con esa mujer y no me daba cuenta que todos los días tenía para mi a la mujer perfecta, una que me dedicaba tiempo y sabía todo sobre mi. Una mujer que me esperó por meses, quizás años y no me dijo nada tan solo porque era tímida. No tenía mi cabeza en buenas condiciones y creo que fue por tomarme el Whisky de golpe y sin pensar. Tomé mi abrigo y salí presuroso. No sabía que hacer ahí. No llevaba ni doce pasos y tuve que volver, había dejado mi libro y mi pluma favorita. Al girar ella estaba ahí. Rosetta abrazada a ese hombre. Me miró y rió, no dijo nada. La esquivé y ahí estaba, Maripa con el libro, la pluma y una cara sonrojada. Se veía hermosa, acentuada por esas pecas y ese detalle del cintillo con una rosa. Tomé mis cosas, las dejé en el suelo, caí de rodillas y tomé su mano, la besé. Me miró sorprendida mientras se tapaba la boca con la otra mano. Le pedí la otra mano y las tomé entre las mías sin ponerme de pié. Puse sus nudillos en mi frente y sollozando le pedí otra oportunidad.

Lanzó una risa suave y tierna, se arrodilló y me dio un beso.

Adiós Rosetta. Nunca volviste al bar y te lo agradezco. Ahora soy feliz con la mujer que siempre me quiso y que yo quería sin saber, no quería darme cuenta, pero siempre estuvo ahí.

sábado, 2 de abril de 2011

Derrota



Cansada de las circunstancias corrió y se alejó de ellos. Eran las seis de la tarde cuando abandonó a sus amigos con la excusa de que debía hacer una tarea, era jueves y no parecía raro. Corrió tan fuerte como pudo para no mostrar su rostro cubierto de lágrimas, una que otra flor sintió su pena cuando eran humedecidas por la tristeza. Tropezó con una piedra e hirió su codo izquierdo, le gritó la piedra como si la conociera, como si ya se hubiera tropezado con ella antes. Continuó cabizbaja, pero sin correr. Su pelo cubría su cara e iba dejando un camino de agua, como un río corre al mar ella llegó a su casa, su refugio. Pasó sin saludar y dejó una nota en la puerta de su pieza pidiendo que no la molestaran y se disculpaba por anticipado de no poder ayudar ese día.

Cerró con llave, cerró las cortinas que dejaban pasar sólo un haz de luz, prendió el computador, vio un mensaje que no quería y no lo leyó. Puso  Linger de The Cranberries en el reproductor y nada más. Se sentó en una esquina de la pieza, cansada, derrotada.

Un brazo por sobre la cabeza, dos lágrimas secas en la cara, tres recuerdos y cuatro traiciones. Respiró profundo y se sintió sola. Había terminado la canción y podía sentir el silencio en su piel, como nunca antes. Sintió un golpe ficticio en su estómago y cayó sosteniendo su cabeza con ambas manos. Se acurrucó y lloró en silencio. Nada la interrumpió. Su único testigo fue ese haz de sol que agonizó en compañía de ella. Fueron dos horas pero las sintió como semanas.

Recordó sus deberes, se paró, secó el llanto y fue a lavarse la cara. Volvió a la realidad para encontrar que no todo estaba perdido. Realmente nunca estuvo sola.


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¡Muchas gracias ♠ ʆ Vσlατιcroмάтιcα ƪʅ .- por permitir el uso de las fotos.

¡Recomiendo su Flickr!
No poseo derechos sobre la foto. Sí sobre el texto. Ñaca ñaca

miércoles, 30 de marzo de 2011

Otra noche sentado en mi soledad.

Hace años te dejé ir. Eres una mujer preciosa y yo era un niño y ahora soy un viejo. Hoy visto de traje y estoy en la boda de un amigo. ¡Que bella te verías con traje de novia! Veintisiete años han pasado. Mi mente te recuerda como si llevara veintisiete segundos de que te dejé en ese paradero y tomé la micro. La vida ha cambiado, no tengo noticias de ti hace un tiempo y no respondes mis mensajes, supongo que cambiaste de teléfono pero tengo la esperanza que quien tenga tu número te haga saber de mi, los correos me han rebotado durante trece años pero aún los envío, como si nunca hubieras cerrado esa ventana de chat, te cuento mi día e imagino que respondes contándome lo que hiciste, como era costumbre, como era lo que amaba de nosotros... La simpleza. Nunca nadie supo llenar ese vacío en mi. A estas alturas creo que nunca habrá de nuevo alguien que lo haga. Te extraño. Te extraño más que la chucha. Me encantaría poder contactarte y poder llevarte a ver una película mala sólo para tener una excusa para hablar... Sólo para poder ver tu cara y decir que te quiero.
Pero ya estoy viejo. El tiempo me persigue cada día más rápido. ¡Mira! Están bailando el vals... Cierro los ojos. ¿Bailemos? Recuerdo que estuve con una que otra mujer, salíamos y yo me distraía, siempre supuse que ellas se divertían y eso era lo que buscaba, hacer a los otros felices, siempre me puse en un segundo plano y nunca cambié. Muchas veces volvía a mi soledad porque no había otra como tu. Ja... Empezó el bailoteo, como siempre dejo la juerga a esta hora. Subo al auto, prendo la radio, enciendo un cigarro y suena esa canción... Que siempre me recuerda a ti. Y que me dijo que siguiera, pretendiendo una falsa felicidad, pero que siguiera.

And I'll smile and I'll learn to pretend
And I'll never be open again
And I'll have no more dreams to defend
And I'll never be open again

Aprendí a sonreír, una risa falsa pero que agradaba. Y nunca volví a ser abierto con la gente. Nunca perseguí mis sueños porque en todos estabas tu. Nunca volví a conocer el amor. Nunca volví a ti.
Y me pregunto que estarás haciendo... Me pregunto qué habrá sido de ti.
Y ahí me detengo. No quiero dejar que tu fantasma me persiga más. Te quiero dejar atrás y empezar algo nuevo. Algo sencillo. Algo que no se parezca a lo tuyo y que tu recuerdo se pudra en el tiempo. Para siempre.
Y conduciendo camino a casa te veo pasar, por una calle cualquiera. Sola, cabizbaja y triste. Y me pregunto si alguna vez pensaste en mí. Si te arruiné la vida. Quizás llamarte a tiempo hubiera funcionado.

Lo siento. Soy un niño. Hago pendejadas y soy hipócrita. Pero si tocas mi puerta yo te daré mi corazón y tu le quitarás el polvo y el hielo que lo cubren. Aunque estemos juntos veintisiete minutos. Sólo para saber que hubiera sido, si hubiera funcionado. Sólo porque no te olvido y quizás nunca lo haré.

Y fuiste mi primer amor.

Llego a casa, arrojo las llaves, tiro mi chaqueta al sillón, prendo el computador y tengo un mensaje. Un correo de esperanza de una persona desconocida cuyo asunto dice: Hace veintisiete años que no te veía y te vi pasar en auto.
Borro el mensaje sin leerlo, termino mi café, apago el computador y me acuesto a dormir.

Una noche más acostado abrazado de mi soledad. Creo que me acostumbré a estar así y tengo miedo. 

miércoles, 23 de febrero de 2011

Linda.

¡Hola! ¿Como estás desde ese día? Poco y nada ha cambiado.
Sigo sentado pensando sin actuar. Sigue mi mirada perdida en tus ojos que no se dirigen a mi. Doy vueltas a la habitación como un gato y no hallo la hora de partir de este lugar. No sé acercarme, no sé tocarte, no sé como romper el hielo para siquiera acercarme a romper el hielo y conversar contigo.
A veces creo que no debí haber dejado el amor hace cuatro años... No sé. Llevo media hora tratando de avanzar un texto y no me fluye. El amor guía mis dedos con suavidad, pero este corazón de piedra me detiene, me pesa. Duele. A veces imagino que sería tan fácil...

Soñar es gratis. Mejor voy allá. Ja... Quizás hasta sueñe contigo.

jueves, 3 de febrero de 2011

Desconocida

¡Hola! ¿Como estás? Me interesa.
Me intrigas. No te conozco pero veo lo que muestras en internet, me llama la atención. Y a veces me veo caminando despreocupado por la calle pensando en ti. Pensando en que debería molestarte un poco más e invitarte a salir. Algo simple, sólo para conocerte. Sólo para saber si vale la pena arriesgar enamorarme.
No se. Habrá que pensarlo. Habrá que ver como se dan las cosas. Habrá que ver si parezco interesarte. Habrá que ver si me equivoco. Tiempo al tiempo... Frase weona.