sábado, 23 de abril de 2011

Lluvia.

Tomé mi café y me senté junto a la ventana. Deliciosa bebida que relaja y eriza la piel.
Llueve, es el clima perfecto para el café. Una manta me cubre y me abriga. Suena "Scar Tissue" en la radio y me gusta mirar el agua. Libre como corre por mi ventana, por las calles, por el aire. Como va libre y queda prisionera de la gravedad. Quizás nunca fue realmente libre. En el colegio me enseñaron que el agua cumple un ciclo. Quizás esa gota que rueda por el vidrio llegue al mar. Quizás no.
Me miras a los ojos. Lo has estado haciendo desde que me senté frente a ti. Sonríes. Me encanta tu sonrisa y me río con tan sólo mirarte. Me encantas. Quizás somos dos gotas que cumplen un ciclo. Quizás llegaremos al mar. ¿Quién sabe si nos separaremos luego? Quizás ni siquiera lleguemos al mar. ¿A quién le importa? Me gusta tu sonrisa, me gusta tu mirada. Me encanta escucharte hablar. Que escribas en tu mente y me lo cuentes mientras me acaricias el pelo. ¿Qué importa lo que pase mañana? A mi tampoco me importa.
Se pone a llover más fuerte y fuiste por más café para ambos. Te miro ir a la cocina y me pregunto, ¿Cuánto puede durar un sueño? a veces no puedo creer que sea yo quien ocupa tu mente durante horas. Me cuesta creerlo a veces. Pero vuelves, me llevas a la cama y nos quedamos viendo la lluvia por la ventana. A la mierda el café. Y te pregunto, ¿Cuánto puede durar un sueño?

¿Importa? Sólo debes saber que cuando duermes los sueños terminarán. Estamos despiertos y somos felices. Nada más importa.

Vuelves a la ventana y la abres. No hacía tanto frío y la lluvia era más fuerte. Vuelves a la cama y me levantas, tomas mi mano y corres. Corremos bajo la lluvia, no paras hasta dar la vuelta a la esquina. Me empujas a la pared y me besas. Pones tu mano en mi espalda mojada, por debajo de la polera. Me entierras las uñas y dejo salir un leve gemido de dolor. Aunque creo que es más de sorpresa.

¿Lo sientes? ¿Ves que estás despierto? Este sueño no tiene por qué terminar.

No hay comentarios.: