Nunca fui bueno para interpretar señales. Supongo nunca lo seré. Vivo cada dos por tres en un abismo de esperanzas, me cuesta mucho salir de allí a la realidad, soñar es más fácil. Soñar es más placentero pero no más enriquecedor. Bailar entre falsas esperanzas con deseos de la realidad me tiene aquí, sin ti, entre sombras susurrando tu nombre y aferrado al mañana. Esperanzas de que todo será mejor me llevan por un camino desconocido, vendado de la verdad. Pequeñas hadas salen a mi camino y me cuentan qué pasa a mi alrededor.
Es graciosa la manera que voy. Lo sé porque el destino se ríe de mí y yo tan sólo escucho murmullos. La claridad y la sapiencia se me muestran para cosas que no sé si me interesan. Cada día le miento al mundo y el mundo me miente a mi, es un juego mutuo, ambos lo disfrutamos.
Me siento a contemplar qué es de mi y me doy cuenta que camino en círculos. Las esperanzas no me llevan muy lejos, ¿qué he de hacer para lograr lo que me propongo? Creo que todo está en proponerme las cosas correctas. Prioridades. Pero, ¿de qué me sirve? Sigo caminando en círculos, ya sin venda, ya sin hadas y con unas pocas esperanzas. Aún estoy a tiempo de llevar a cabo cierto plan destructivo. Podría sacrificar cosas para lograr otras. Podría, ¿sería conveniente? No sé.
No sé.
Me falta experiencia. Tengo sed. Necesito agua. No puedo seguir este camino si estoy así de cansado. Me faltas tú, pero, ¿por qué? ¿Qué tienes tú? Ay mujer. Ay de mi.
No quiero más falsas esperanzas. No quiero más hadas mentirosas. No quiero bailar más con la muerte, aún no es el tiempo. No quiero caminar más por el sendero equivocado. Ven mujer. Llévame por allá... Sí... Por aquel camino que no conozco. Tómame de la mano y caminemos, ¿quieres ser parte de mi vida? Yo quiero saber si estoy en lo correcto si no para descansar. Sí. Descansar. Suena tan bonito poder descansar. Ven. Tiéndete a mi lado. Cuéntame de nuevo aquella historia no me importa escucharla mil veces más. Tan solo el timbre de tu voz calmará mis ansias. Descansar suena tan bonito. Llévame por el costado del río, abrázame y háblame del futuro, cuéntame del pasado. Hazme ver en qué me equivoco, ¿eres tu? Quizás sólo necesito un poco de perspectiva. ¿Eres tu? No. Sí. No sé. Da igual. A ti es a quien quiero ahora. ¿Qué importa mañana? ¿A quién le importa el ayer?
Llévame por aquel camino y no demos vuelta atrás. Llévame por donde solo tú conoces. Llévame lejos.
Cada vez que veo salir el sol me hundo más en este pozo de esperanzas. Quizás, sólo quizás, encuentre la esperanza correcta, me tomará de la mano y me llevará más allá de lo que jamás creí que conocería. ¿Eres tu linda?
No sé.
No sé.
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