Mirando la inmensidad desde de mi ventana, disfrutando la lluvia, pensando en aquellos días que no volverán, aún sin extrañarlos... Una gota va por mi mejilla. Raro. No sentí el viento correr. Quizás y sólo quizás esos recuerdos me producen nostalgia. No. No es una lagrima, debo estar equivocado.
Mirando a todas esas personas desde mi ventana, imaginando en lo que piensan, creyendo que son un poco mas superficiales que yo, quizás yo creo ser muy profundo. Corre el viento y otra gota va, ahora por la otra mejilla. Quizás esa vida mas superficial me gustaría llevar, no mirar tanto a mi interior y ver la vida de una manera mas banal. Pensar menos, dejarme llevar.
Mirando el triste cielo gris de Valparaiso, desde mi ventana, me transporta a otros lugares, lugares que sólo estan en mi mente, que me evocan recuerdos profundos y guardados, que quizás solo he compartido con una o dos personas. Recuerdos que me gustaría poder olvidar y a la vez jamás perder. Recuerdos.
Mirando por la ventana me doy cuenta que ha dejado de llover, pero mi cara está mas mojada que nunca, incluso hasta el cuello de mi polera. Probablemente un poco mojada mi alma. No es un dolor, es un deshaogo. Algo que tengo guardado y que quiero liberar.
Mirando por la ventana me doy cuenta que probablemente no estaba observando. Oportunidades perdidas por la ceguera del pasado. Pasado pisado como dicen.
Otra vez, adiós. Bienvenido Futuro.
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