Te conocí cuando caía la primera hoja de otoño, y antes que esta tocara el suelo ya me gustabas.
Más de una vez caminamos a través del invierno y nunca nos capturó una fuerte lluvia.
No fue sino hasta primavera cuando floreció todo. No fue sino hasta mis 22 que disfruté la primavera.
Y el verano llegó para burlarse de mi. Y recién estamos a la mitad del verano.
Te di uno blanco en otoño y otro en cuanto empezaba el verano.
No puedo esperar a darte un abrazo como los que me dabas en primavera.
Lo mejor de la primavera era que, en mi soledad, brotaban las sonrisas, todo era más alegre, y recordaba de (algo de) ti y se me dibuja sola la sonrisa que me hacía ver como un estúpido y reía y era feliz.
Y justo cuando el sol empezaba a calentar ocurre que se nubla, se nubla durante días, semanas, las noches son heladas y todo se oscurece. Tan solo ocurre, sin previo aviso. Un verano distinto a los que estoy acostumbrado.
Resulta que viene el otoño. Y lo pienso así porque no quiero seguir en verano.
Siempre me gustó más el otoño. Incluso antes de que me gustases en ese otoño. Sólo me gustaría que lloviese más.
¿Y sabes qué? Me gustaría que todas las estaciones fueran mis favoritas, me gustaría tener un hermoso recuerdo tuyo en cada una.
Pero mirándolo desde otra perspectiva si lo hay.
Cine, Valparaíso, besos y música en el bosque.
Otoño, invierno, primavera y verano.
Ay, me hiciste sonreír. No queda otra que esperar.
1 comentario:
El verano ya es nuestro :)
Publicar un comentario