(Relativo a Este Texto)
Deseaba subir al piso 16. Habían 4 ascensores en aquel "lobby". Llegaron todos los ascensores al mismo tiempo. Subí al que me quedaba más cerca y me dí cuenta que no tenía botón para el piso 16, así que asumí que no llegaba. Cambié y se cerraron las puertas. Decidí esperar tranquilamente pero, sin previo aviso, todo este "lobby" comenzó a moverse. Efectivamente. Ese cuarto con cuatro ascensores a sus lados (dos y dos) era un ascensor. No recuerdo si subí o bajé, recuerdo tu mirada suave con una invitación a entrar a una de las puertas que se abrieron de par en par. Eras tu, mujer colorida, con el pelo liso y de un solo color. Te veías tan sexy con esa mirada de invitación, tus labios perfectamente pintados y tus dedos apuntándome a medida que se curvaban hacia ti. Yo, sin bacilar, caminé hacia ti, no hacia el ascensor. Creo que tenía el 16 como opción pero, ¿A quien le importa? Me paré tímidamente frente a ti, pero sin dejar de mirarte y, a medida que se cerraban las puertas del ascensor, salté sobre ti, con una mano al lado de cada una de tus orejas y mi boca a 5 centímetros de la tuya. No respiraste por un instante. Y en cuanto inició su movimiento el ascensor, nos sumimos en el placer de besarnos. No sé cuanto tiempo estuvimos abrazados besándonos, pero fue perfecto. Como si estuviera cometiendo un crimen, como si hubiera podido robar tu corazón por un instante, sabiendo que debía devolverlo en cuanto se volvieran a abrir las puertas. No me importaba, estaba dispuesto a pagar cualquier precio por sentir esa emoción de hacer un ilícito, tan simple y descabellado a la vez. Debo recalcar (Como cota fuera del sueño, que me quedó aparte del recuerdo), que el sabor de los labios era lo que le dio el real toque de placer al sueño, que es el que mejor recuerdo.
Bajé del ascensor, me pasé la mano por la boca, como secándome la baba, y seguí mi camino en el piso 16.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario